Está claro que Edel no es Winckler. Mientras el segundo daba por sentado que ya había ganado la batalla legal y política por su permanencia en el cargo, el primero ha empezado a pertrecharse y sacar lustre a su blindaje. Del Presidente del Tribunal Superior de Justicia se podrán decir muchas cosas, menos que sea un improvisado.
Alineados inicialmente en la misma corriente del exgobernador Yunes, Jorge Winckler está a punto de ir a la cárcel –el sábado por la noche corrió como pólvora un supuesto documento que acreditaba una orden de aprehensión en su contra y de otros de sus más cercanos colaboradores– mientras que Edel Álvarez ya hizo todo lo necesario para lograr su reelección sin ningún sobresalto.
En los días previos, casi de la nada, el tema del nombramiento de los nuevos magistrados del TSJE escaló rápidamente en los medios. A ello se refirieron lo mismo el gobernador, los integrantes del Congreso –quienes habrán de aprobarlos a propuesta del mandatario- e incluso los partidos políticos que tienen interés en impulsar algunos candidatos.
La doble respuesta de Edel mostró su colmillo largo y retorcido. Al tiempo que dijo que no tenía conocimiento de que el gobernador Cuitláhuac García estaba acordando con diputados locales la lista de potenciales magistrados para dicha soberanía, inició el reacomodo de los Presidentes de Sala al interior del Poder Judicial. Si bien el Congreso nombrará a los nuevos magistrados, serán los Presidentes de Sala los que nombrarán al nuevo Presidente del Tribunal.
De acuerdo con la Ley Orgánica, sólo los presidentes de Sala cuentan con derecho a voto para designar al presidente del Tribunal; en este caso, dicha posición la recibieron el viernes pasado Marco Antonio Lezama Moo, Lizbeth Hernández Ribbón y Patricia Montelongo, es decir, tres votos que podrían estar asegurados para la reelección de Álvarez Peña.
De hecho, durante la sesión extraordinaria que duró apenas 10 minutos, el Presidente del TSJE dio el sprint final en su carrera rumbo a la reelección en el cargo con la rotación de magistrados en las distintas Salas del Tribunal. El primer paso lo completó Álvarez Peña al remover al Magistrado Raúl Pimentel Murrieta de la Primera Sala en Materia Penal a la Sala de Responsabilidad Juvenil, conformada por un solo ponente y por lo tanto, limita su aspiración de sucederlo.
Pimentel fue un magistrado todopoderoso durante la pasada presidencia de Alberto Sosa Hernández. Incluso, se observaba como el candidato natural a sucederlo, pero el triunfo de Miguel Ángel Yunes cambió los astros en su contra. El viernes, luego de su cambio de adscripción, se inconformó ante el pleno justificando que se ha desempeñado toda su carrera dentro del ámbito penal. De esta manera, la magistrada Martha Ramírez Trejo pasó a integrar la Primera Sala, en donde Pimentel Murrieta tenía un año de trabajo.
Así, se esfumaron los rivales internos, incluso las aspiraciones de alguna magistrada que habría apostado al apoyo de célebres personajes del duartismo fiel, quienes presumen de tener mucha influencia política en la actual administración estatal.
El resto de los movimientos incluye a Marco Antonio Lezama Moo, quien fue transferido de la tercera a la primera Sala en Materia Penal, y a esta misma arribó la Magistrada Martha Ramírez Trejo, proveniente de la Sala Constitucional. Incluso, para atemperar el movimiento de Pimentel, fue el propio magistrado Lezama Moo quien salió a declarar que cualquier magistrado –aún sin ser Presidente de Sala– puede ser titular del Tribunal. En todos estos ajustes, sólo el magistrado Fernando Augusto Guzmán Calvo pasó a retiro.
Con el cambio de adscripción –todos aprobados por unanimidad–, el presidente del Tribunal recurrió a la nominación de magistrados en las Salas y cubrió espacios vacíos, a modo de que con la designación que realice esta misma semana el Poder Legislativo, el Pleno simplemente aplique su ubicación en lugares que no resulten estratégicos en el futuro inmediato del TSJE.
Las propuestas morenistas encontrarán ya todas las sillas ocupadas, lo que evitaría cualquier distorsión en el proceso de reelección que se realizará antes de que concluya el año. Tendrán presencia pero el equilibrio de poder está garantizado a favor de los actuales magistrados.
Por lo pronto, este lunes el Presidente del Tribunal acompañará al Gobernador del Estado –junto con otros magistrados– a la inauguración de la ciudad Judicial de Misantla, lo que al interior se ha interpretado como el espaldarazo definitivo en la aspiración de Edel Alvarez.
Las del estribo…
- La agenda semanal del Congreso local está que arde. En el grupo parlamentario de mayoría trabajan a marchas forzadas para sacar en esta misma semana el paquete completo: la designación de los magistrados para ocupar las vacantes del Tribunal, la destitución definitiva de Jorge Winckler por la orden de aprehensión que pesa en su contra y la destitución de otro de los inculpados –Marco Even– como Fiscal Anticorrupción. Esto podría darse incluso en medio del cambio en la coordinación del grupo parlamentario del PAN.
- Y ya que andamos en asuntos de justicia y revanchas. El origen de la estrategia jurídica y legislativa para la remoción de Winckler apunta a dos orígenes: el primero y más creíble, que se habría operado desde la oficina jurídica de la Presidencia de la República; sin embargo, también se acredita a que el ex fiscal Luis Ángel Bravo habría dado la llave para abrir el cerrojo. Como fuere, nadie le otorga crédito al gobierno estatal, al tiempo que mantiene el tufo duartista.