Las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia revelaron una serie de inconsistencias en las declaraciones de la mujer detenida por el homicidio de dos israelíes en plaza Artz Pedregal, ya que presumen que la versión que dio del crimen pasional, así como el nombre con el que se identificó, son falsos.
Autoridades de la dependencia dijeron que se indagan reportes acerca de que una de las víctimas pudiera ser un empresario, cuya actividad está relacionada con la operación de plazas comerciales en México, lo cual está siendo verificado.
Los hombres asesinados son Israel Azular y Azulay Alon, este último de 43 años y residente temporal en el país, según una identificación que traía consigo expedida por el Instituto Nacional de Migración de la Secretaría de Gobernación con fecha de vencimiento año 2022
La credencial, cuya autenticidad también se busca corroborar, advierte que se trata de un permiso para trabajar en el país.
La mujer capturada dijo llamarse Esperanza Gutiérrez Rojano, de 33 años; sin embargo, la Procuraduría no ha localizado registros que confirmen que éste sea su verdadero nombre.
Entre las bases de datos consultadas están las del Instituto Nacional Electoral (INE), así como inscripciones del IMSS y del ISSSTE, entre otras, sin que haya arrojado hasta el momento alguna coincidencia. Aunado a ello, las autoridades pusieron en duda la versión que ella misma dio de que sostenía una relación sentimental con uno de los hombres asesinados, y que decidió dispararle por una supuesta “infidelidad”.
Esto debido a que en el doble crimen participaron al menos otros tres sujetos que lograron escapar y quienes contaban con un plan bien definido que incluyó el uso de armas de alto poder lesivo, aparentemente rifles de asalto AR15.
Una de las versiones que también es investigada, es que el grupo participó en el homicidio de los israelíes habría fingido un intento de asalto en una joyería que está en plaza Artz para distraer la atención del personal de vigilancia.
La mujer se encuentra en instalaciones de la Fiscalía de Homicidios de la procuraduría en la alcaldía Azcapotzalco.
Milenio/ Ignacio Alzaga