Aspirar a la salud, es un derecho natural, de sobrevivencia, la miseria de los desposeídos, los que nada, o poco tienen en lo material, contrasta con los poseídos por tenerlo todo, sobre todo, lo material, el dinero, condición que les embelesa, como símbolo de poder, de empoderamiento vacío, con brecha diametralmente opuesta, a la condición de ser humano. Por ello, por esa ambición desmedida, como lo advierten las escrituras bíblicas: “El amor al dinero es raíz de toda clase de males; y hay quienes, por codicia, se han desviado de la fe y se han causado terribles sufrimientos” (Timoteo 6:10). Se ha pretendido socavar los dineros de un sistema de salud que es y era sagrado, intocable, pero los ojos acuciosos de la ambición, voltearon infernalmente a ver, lo que consideraron una beta que se había mantenido intocable, en reserva, e iniciaron la excavación profunda de los recursos económicos, que son para mantener y, atender el sistema de salud pública de este país. Empezando a aspirar para ser directivos, personas que buscan acomodarse en un mal entendido estatus social, corrompidos por la ambición desde su origen, prestándose sin medida alguna, al huachicoleo de los programas de salud de este país, que en el pasado, fueron ejemplo a nivel mundial, de una medicina socializada, comprometida, pretenciosa, logrando mantener el control sanitario de toda una población; control, sobretodo, epidemiológico, preventivo y, Veracruz fue ejemplo de ello y paradigma a nivel nacional. Toda la estructura sanitaria en otros tiempos, en donde participaban con empeño y activamente, brigadistas, enfermeras, médicos, ingenieros, químicos, conductores, técnicos, destacados médicos clínicos en los hospitales, que fueron emblema de la atención de la salud pública; ejemplo de ello, lo fue y, lo siguen siendo, los comprometidos trabajadores de lo que fue La Comisión Nacional de Erradicación del Paludismo (CNEP), realizando acciones heroicas, maravillosas, en los lugares más alejados e inhóspitos, sensibilizando a la población, la cual se fusionó con entusiasmo a las acciones de las brigadas. No lo fue menos la intensa campaña para el control y erradicación de la temible tuberculosis, que por falta de información, la población era rápidamente contagiada. Estas acciones cuidaron de la salud pública de todo un pueblo, entre muchas otras acciones, como las intensas y arduas campañas de vacunación, alcanzaron la cúspide de la evolución social con alto sentido humano. Ahora en los tiempos del pasado reciente, los presupuestos para la salud, son la presa de la voracidad de la delincuencia de batas no tan blancas, que se aprestan en cada momento, como aves de rapiña, que trashuman el dinero del bien al terreno del mal.
La imagen de cuanto se ve en ello, es de un país que ha sido profundamente dañado por la corrupción, típico de un consentimiento condescendiente, que en inquietante actitud taciturna, sórdidamente deplorable, va dañando lo que socialmente se había construido. La intención de privatizar la atención de la salud pública, con condescendencia de Estado, es un hecho ominoso, en donde los dineros del pueblo para el pueblo, pasan a manos de depredadores de la economía, con alabanzas de programas que chorrean corrupción, faltando a la moral del derecho humano a la salud, lo que no sólo inquieta a la población en pobreza, si no, que también al pueblo todo, inmerso como esta, en la desaceleración económica y la pérdida del poder adquisitivo, de una moneda, que también se encuentra gravemente asediada y enferma.
Sintácticas
De Jevs:
Mantener la fe, sí, de forma revolucionaria.
El conocimiento va descubriendo al desconocimiento como un proceso de reconocimiento.
Dar vueltas y volver a caer en el mismo lugar a veces es necesario.
En las historias de amor siempre hay un vencedor…el amor
La historia es la misma…naces, mamas, creces, vuelves a mamar, te reproduces y mueres.
De la frutería de Manuel Vicent:
La manzana que pendía del árbol de la ciencia en el paraíso terrenal marcó el momento de la evolución en que simbólicamente, al morderla, el cerebro humano se invistió de uso de razón y de libre albedrío.
La promesa de la serpiente del paraíso, seréis como dioses, está a punto de cumplirse. La manipulación genética y la llegada de la inteligencia artificial nos auguran una próxima inmortalidad, que podría ser un castigo muy superior al del infierno.
Wolfgang Amadeus Mozart. Sinfonía n° 41 “Jupiter”. Orquesta Sinfónica de Galicia: