Este jueves el termómetro en Anchorage, Alaska, superó los 32 centígrados (90 grados Fahrenheit), lo que representa un récord de altas temperaturas en la fría región perteneciente a Estados Unidos.
La última vez que se habían registrado altas temperaturas en Alaska fue el 14 de junio de 1962, cuando el mercurio alcanzó los 85 grados Fahrenheit (29.4 centígrados).
Vale recordar que el estado de Alaska está ubicado al norte del continente, justo donde termina Canadá y muy cerca de Rusia -sólo las separa el Estrecho de Bering-.
En promedio, las temperaturas en Alaska no suelen superar los 16 centígrados (60 grados Fahrenheit), por lo que las temperaturas alcanzadas este jueves en Anchorage tiene en alerta a las autoridades y la población.
“Anchorage, Alaska ya mucho más calurosa que Miami, Florida. La ola de calor continuará en Alaska hasta la próxima semana”, señalaron expertos de AccuWeather.
Afectaciones por el calor
El impacto es devastador para las comunidades costeras, compuestas principalmente de indígenas, cuyas aldeas son víctimas de una erosión tan marcada que muchas han tenido que ser prácticamente mudadas enteras.
La aldea Napakiak, por ejemplo, ha tenido que mover su escuela y hasta el cementerio por la rápida erosión costera y el deshielo del “permafrost”, una capa de suelo que solía estar permanentemente congelada y sobre la que se construyeron muchas aldeas nativas de Alaska.
El calentamiento global afecta el modo de vida tradicional de estas tribus que dependen de la caza y la pesca. El deshielo afecta el hábitat de muchos animales y la recolección estacional de bayas que crecen en la tundra.
Los ríos que solían servir como carreteras en invierno y primavera para conectar pueblos y mover bienes y mercancías no se están congelando por completo o se rompen prematuramente, generando accidentes mortales.
El Heraldo de México con información de AFP