Las historias de corrupción en Pemex parecen interminables; desde hace años, esa empresa dejó de ser orgullo de los mexicanos para convertirse en sinónimo de saqueo.

Pemex es la empresa productiva más importante de México; y paradójicamente, también la que registra más señalamientos por corrupción.

Es, además, la compañía petrolera más endeudada del mundo (su deuda supera los 106 mil millones de dólares) y una de las más acusadas por irregularidades en su manejo: cuando no son los sobornos relacionados con la brasileña Odebrecht, es el vínculo de trabajadores y mandos con el robo de combustible, huachicol, o la compra de plantas chatarra a precio de oro; Pemex, por ejemplo, compró dos plantas de fertilizantes, Fertinal y Agronitrogenados, y pagó millones de dólares, por maquinaria obsoleta.

De acuerdo con datos oficiales, Pemex ha gastado mil 395 millones de dólares en la compra y rehabilitación de esas dos plantas, cuya adquisición fue muy cuestionada, dado que se trataba de maquinaria que opera con un bajísimo rendimiento; de hecho, al efectuarse el proceso de compra-venta, Agronitrogenados sólo administraba sus bodegas y únicamente producía lástima.

Ese tema está relacionado con las acusaciones contra el ex director general de Pemex, Emilio Lozoya, bajo cuya administración aquirieron Agronitrogenados a la compañía Altos Hornos de México S.A., pagando millones de dólares por chatarra cuyo valor apenas llegaba a los 50 millones.

Por si fuera poco, en su reporte correspondiente al primer trimestre de 2018, Pemex dio a conocer a la Bolsa Mexicana de Valores una disminución superior al 10 por ciento en sus ventas.

Todos esos factores han provocado una profunda crisis en Pemex, que se encuentra al borde del abismo financiero, y sumergida en un pantano de corrupción.

El más reciente escándalo se relaciona con la compra, a sobreprecio, de esas dos empresas de fertilizantes, Fertinal y Agronitrogenados; es una operación calificada por especialistas como un fracaso en términos financieros y de producción.

En esas empresas, la meta de producción era un crecimiento de 25 por ciento. Sin embargo, el objetivo trazado quedó lejos de alcanzarse debido a que no hubo materias primas; la industria reportó una caída de 62.7 por ciento en los últimos cuatro años.

En el caso de Agronitrogenados, cuando esa empresa era operada por la iniciativa privada (Altos Hornos de México, Sociedad Anónima) llegó a producir en 1998 más de 1.2 millones de toneladas de fertilizantes al año. Cuando iniciaron las importaciones de urea de Rusia, Venezuela y Arabia, la producción nacional comenzó a desplomarse hasta que en 1999 Agronitrogenados paró actividades y sólo mantuvo abiertas las bodegas y patios de almacenamiento. 14 años después, durante el sexenio de Peña Nieto, comenzó el acercamiento entre el Gobierno Federal y AHMSA, para comprar esa chatarra, operación que se cerró en 275 millones de dólares. A esa cifra habría que agregar todo lo que Pemex tuvo que gastar en reparación y mantenimiento; se estima que el precio de esos fierros viejos es diez veces menor al que pagó el pasado gobierno federal.

Ese es, en síntesis, el escándalo más reciente; sin embargo, en lo financiero, a Pemex ya le llegó el agua al cuello; en tanto que la corrupción se desborda por todas partes. @luisromero85