El libro explosivo que le llegó a la senadora morenista Citlalli Hernández burló todo un sistema de seguridad del Senado que este año costó 70 millones de pesos para mantenerlo y ponerlo en operación, y ahora forzará a modificar el esquema de resguardo de las instalaciones legislativas, como anunció el presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal, quien descartó que se trate de terrorismo.

Para vigilar todas sus instalaciones, el Senado cuenta con el servicio de Resguardo Parlamentario, que está dirigido por un grupo de policías que se convierten en empleados directos del Senado. Luego de las renuncias registradas el año pasado, salieron de este cuerpo de seguridad elementos que tenían hasta 25 años de trabajar en el Senado.

Ahora es conducido por Fidel Ortiz Barragán, quien es el director responsable de este cuerpo de seguridad que se alimenta también de elementos de la Policía Auxiliar de la Ciudad de México y que este año firmaron un contrato de hasta 48 millones 265 mil 690 pesos más 16% de IVA para prestar servicio desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de este año.

Pero además de contar con el servicio de la policía capitalina, el Senado pagó este año dos millones 869 mil 540 pesos por el mantenimiento de equipos contra incendios; otros cinco millones 654 mil 240 pesos para servicios de ciberseguridad; tres millones 28 mil 120 pesos más para el mantenimiento y operación de su sistema de videovigilancia y radio comunicación, además de 508 mil 290 pesos para el mantenimiento y funcionamiento de 26 arcos detectores de metales y 16 máquinas de inspección por rayos X con banda.

La suma de esos servicios, a los cuales hay que agregar 16% del IVA, implicaron una erogación de 70 millones mil 220.8 pesos en seguridad del Senado para este año.

 

Chita olfateó tanto despachos de los senadores como el área en la cual se ubican los colaboradores, sin que detectara peligro alguno. Foto: Especial

 

Pero a pesar de esa inversión, el lunes 27 de mayo llegó a la oficina de la senadora Citlalli Hernández un paquete de regalo que contenía un libro que, al abrirlo, le explotó en las manos, sin provocarle mayor daño; de hecho, las fotografías proporcionadas por su propio equipo de trabajo muestran que la explosión ni siquiera destruyó el libro que contenía el explosivo de fabricación casera.

A petición de Monreal, ayer llegaron hasta las instalaciones dos binomios caninos que hicieron una revisión de las instalaciones parlamentarias.

Chita, una pastor belga de siete años, binomio experimentado en detección de explosivos de la Policía Federal, se encargó de hacer la revisión exhaustiva de las oficinas de los senadores, desde el sexto hasta el tercer piso. Ingresó a todas las oficinas, olfateó tanto el despecho de los senadores como el área donde se ubican los colaboradores, sin que detectara peligro alguno.

Por otra parte, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, informó que senadores y diputados federales han solicitado protección, luego de conocerse el ataque con un libro bomba en la oficina de la senadora de Morena, Citlalli Hernández.

Asimismo, explicó que la dependencia hará una valoración de los casos y seguramente los turnará a la Secretaría de Seguridad.