La sorpresiva renuncia este martes del director general del IMSS, Germán Martínez Cázares, en momentos en que el presidente Andrés Manuel López Obrador acudía a Veracruz para encabezar diversos actos y reuniones con los temas de seguridad y extracción de petróleo, ha pegado duramente al gobierno federal, que había tratado de esconder las fisuras generadas, por ejemplo, con el empresario regiomontano Alfonso Romo, jefe de la oficina de la Presidencia, literalmente bloqueado por el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, también señalado por el expanista Martínez Cázares de su decisión de salir del IMSS.
Debió ser amargo el trago de petróleo crudo ostentado por el Presidente en Tierra Blanca, donde encabezó una reunión sobre el Plan Nacional de Exploración y Producción, al lado de la poderosísima (al menos en Veracruz) titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, para anunciar lo que –según los datos con los que él cuenta– es el campo petrolero más importante de las últimas décadas, el Campo Ixachi, localizado en el municipio de Tierra Blanca, considerado por el gobierno como el cuarto en importancia a nivel mundial.
En su carta de renuncia, Germán Martínez señala que “algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”, ya añade: “en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el “cargo” que el “encargo”.”
Aceves revela: “Mientras se discute la remodelación del IMSS, muchos trabajadores siguen sin certeza laboral, otros sin contrato, algunas vacantes aumentan, el rezago en infraestructura es brutal, -en 2019 prácticamente está en 0% el avance de obras y pagos a proveedores-, los contratos y convenios de servicios se rezagan, y algunos están por vencerse sin horizontes de legalidad y eficiencia, las compras de equipamiento paradas, las reclamaciones y litigios aumentan; y si bien el abasto de medicamentos está garantizado, es precario y en algunos lugares pende de un hilo”.
¿Cuáles son las consecuencias? El ahora exdirector general las resume en dos: “una directa para el IMSS: pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes; y un segundo efecto indirecto todavía peor: el fortalecimiento de los servicios de salud privados, que ocasionará mayor “gasto de bolsillo” de las familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento”.
“Los niños que padecen cáncer y esperan su tratamiento, quienes viven a la espera [de] insulina, las poablaciones de la diversidad sexual que reclaman antorretrovirales, y los millones de enfermos que se atienden en nuestras clínicas y hospitales, no merecen ni un minuto de rebatingas de poder (…) El Presidente de México necesita nuestro apoyo, no nuestras disputas”
El mediodía del martes, López Obrador lamentó en el Puerto de Veracruz la renuncia del director del IMSS, pero aclaró que no comparte los argumentos de su salida; ante reporteros que lo abordaron en el aeropuerto jarocho, le quitó importancia al hecho: “Lamento que él haya tomado esa decisión, pero afortunadamente hay muy buenos servidores públicos en el equipo y vamos a sustituirlo, seguramente Germán regresa al Senado y va a seguir manteniendo sus principios”.
Ya para salir, López Obrador brindó su apoyo a Urzúa: “Yo soy muy ortodoxo y respetuoso de las decisiones que tome Hacienda… tiene que cuidar que no haya déficit, que no haya deuda, que las finanzas estén sanas y yo respaldo eso”.
Al IMSS, que se lo cargue el payaso. Al fin que solo atiende a los pobres…
Las benditas redes sociales
“Dos noticias:
“Una buena: creció la inversión extranjera 23 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores en los últimos 4 meses.
“Otra muy buena: en el Campo Ixachi se producirán hasta 80 mil barriles diarios de petróleo; así estamos explorando y perforando en 21 campos más”. Andrés Manuel @lopezobrador_
Que Pemex será la panacea del país… y el infierno de Veracruz
Y mientras, según nota de Notiver, a los funcionarios petroleros los expulsaban de la Torre de Pemex en la Macroplaza del puerto jarocho, sin especificarles dónde será su nueva sede (lo que augura su masivo despido, con la posibilidad de ser “reubicados” en Ciudad del Carmen), para destinar el inmueble a la Comisión Nacional de Agua (Conagua), López Obrador daba a conocer en Tierra Blancas su Plan Nacional de Exploración y Producción.
En el pozo Ixtachi 1001, en Tierra Blanca, que tiene reservas de mil 300 millones de barriles de petróleo crudo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en los siguientes tres años su gobierno seguirá invirtiendo en Pemex para que en 2022 vuelva a ser la palanca del desarrollo del país; la estrategia consiste, dijo, en que a partir de la segunda mitad de su gobierno, Pemex apoye las finanzas públicas.
En compañía del gobernador Cuitláhuac García (a quien volvió a defender de honesto en su conferencia mañanera en la Ciudad de México), el mandatario dijo que el campo producirá hasta 80 mil barriles diarios de crudo ligero y más de 600 millones de pies cúbicos de gas en 2022. Con este campo y otros 20 que están en exploración se podrá generar, según nota publicada por El Universal, una producción adicional de un millón 600 mil barriles.
La pregunta que nos volvemos a hacer los veracruzanos es qué beneficios obtendremos a cambio de entregar a la nación miles de millones de pesos por la vía de la extracción de energéticos, que significarán en saldos negativos la atracción de una población externa que encarecerá la vida en ciudades y comunidades, y la constante contaminación criminal derivada de los continuos accidentes que reporta la paraestatal.
Como en el caso de la generación de electricidad, en que Veracruz es uno de los más importantes para el país, a cambio de pagar las cuotas más altas en el consumo eléctrico, de lo que el propio AMLO pareció burlarse al señalar que no se bajarán y solo se comprometió a no subirlas (una promesa que en cualquier momento derriba), Veracruz parece pagar sus atributos con el sacrificio.
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