En Veracruz hay eternos líderes sindicales que en la mayoría de los casos sólo se separan de sus cargos cuando mueren, de lo contrario son eternos, ya que no les conviene dejar su mina de oro.
Uno de ellos es el dirigente estatal del Sindicato Unificador de Trabajadores al Servicio del Estado y del Magisterio (SUTSEM), Ricardo Diz Herlindo, quien desde el 1 de enero de 1993 ingresó al sistema educativo como profesor de bachillerato, pero al mismo tiempo está como comisionado sindical.
Durante este lapso ha sido profesor titular “B” y “C” conforme a sus intereses, por tener el poder desde el sindicato, desde donde le gusta presionar cuando las cosas no salen como quiere.
Actualmente está como profesor titular “C” de tiempo completo, de asignatura “B” con seis horas, adscrito a Bachilleres Minatitlán, justamente por estar en la zona económica “A” (la más alta) su sueldo mensual es de casi 40 mil pesos, lo grave es que nunca ha dado clases, sólo conoce la palabra “profesor” de palabra.
Por ser la cabeza de este sindicato recibe una prima por antigüedad similar a su sueldo mensual, así que su percepción alcanza los 80 mil pesos.
A su cargo tiene más de cinco mil docentes en la entidad veracruzana, a quienes no les queda más que callar, no les conviene tener de enemigo a Diz Herlindo.
Hoy desde su trinchera quiere seguir presionando a quien está al frente de la Secretaría de Educación de Veracruz – en turno está Zenyazen Escobar García – pero no la tendrá fácil, como la tuvo en tiempo de los priístas y yunistas, cuando negociaba a su antojo y conveniencia, donde llegó a tratar más de 30 plazas dentro de la SEV.
Incluso, en la administración de Miguel Ángel Yunes Linares llegó a hacer convenios a su antojo, no salía de la oficina de la SEV desde donde despachaba Enrique Pérez Rodríguez, eran amigos por conveniencia.
Al no salir las cosas como las planeó, hoy Diz Herlindo vuelve a ocupar la presión del sindicato para seguir con sus actos de corrupción, pero se topó con pared en la SEV, será difícil de romper.