Veracruz, Ver.- Lo ocurrido la tarde del lunes en el municipio de Las Choapas, no es la primera vez que se da en la entidad, donde la gente cansada de la delincuencia que impera en los últimos años, y la inacción de las autoridades, decide tomar la justicia en sus manos.
Pese a la negativa de la existencia de grupos de autodefensas por parte de los gobiernos de Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares, así como al nulo acercamiento de Cuitláhuac García Jiménez con ellos, estos vienen operando, incluso desde principios de esta década.
En decenas de ocasiones, pobladores que se han levantado en armas contra los criminales que asolan sus municipios, han manifestado que se defenderán hasta las últimas consecuencias.
El 13 de abril de 2019, vecinos de Tilapan retuvieron, golpearon e incendiaron una patrulla de Policías Municipales que presuntamente allanaron la vivienda de un par de ancianos a quienes les propinaron una golpiza sin razón aparente.
Como represalia por sus acciones, los habitantes estuvieron a punto de linchar al comandante y tres de sus elementos, a quienes amarraron y rociaron con gasolina, pero finalmente desistieron y los dejaron vivos como advertencia.
El pasado 10 de marzo de 2019, pobladores en la localidad de San Cristóbal de Minatitlán, cazaron y lincharon a Benjamín Luis Gutiérrez luego de que le disparara por la espalda a su esposa Ana Patricia Balcázar Reyes.
La víctima ya había denunciado al DIF haber sido víctima de violencia familiar pero no actuaron, por lo cual vecinos que se fungen como autodefensas decidieron actuar por su cuenta y matar al presunto feminicida en venganza por su crimen.
El 22 de febrero de 2019, las autodefensas de Soledad Atzompa en la zona serrana, sorprendieron a seis sujetos que presuntamente pretendían privar de su libertad a un conocido poblador, por lo cual implementaron un operativo.
Tras perseguirlos y darles alcance, los bajaron de sus camionetas las cuales incendiaron, para luego golpearlos y quemar vivos a cuatro, mientras que los otros dos fueron linchados al día siguiente en la cabecera municipal.
El pasado 11 de septiembre de 2018, un par de jóvenes que se encontraban de visita en la localidad de Coxolitla de Arriba, estuvieron a punto de morir linchados por pobladores enardecidos que lo señalaban de ser presuntos delincuentes.
En aquella ocasión, decenas de habitantes le propinaron una brutal golpiza a los muchachos, quienes lejos de resultar ser criminales, únicamente se encontraban en el lugar para visitar a una tía y eran vecinos de una comunidad cercana.
Incluso en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, se han dado casos similares en los que vecinos han actuado por cuenta propia al decirse hartos de la delincuencia común que día tras día los hace víctimas en sus propias colonias.
La madrugada del 15 de marzo de 2019, alrededor de 50 personas se reunieron para seguir a dos presuntos asaltantes, en un hecho que culminó con el presunto ladrón golpeado y su pareja detenida por Policías Navales.
Los ruleteros junto con los uniformados persiguieron a la supuesta pareja de ladrones que ya tenían identificados por varios atracos y los rodearon en Cuauhtémoc y Mario Molina cuando intentaban escabullirse entre las azoteas.
El 9 de febrero, otro individuo acusado por presuntamente robar su bolso y agredir a una comerciante en la zona del Mercado Hidalgo, fue brutalmente golpeado y amarrado a un poste de concreto.
El 20 de diciembre de 2018, otra pareja también estuvo a nada de morir linchada en calles del fraccionamiento Colinas de Santa Fe al norte de Veracruz, donde presuntamente fueron sorprendidos allanando una casa.
Los pobladores les propinaron una brutal golpiza, los rociaron de gasolina y los dejaron junto a una fogata improvisada a la que pretendían arrojarlos como consecuencia de sus supuestos actos delictivos.
Otro de los casos más sonado, fue el de pobladores de Catemaco quienes en respuesta a la privación de la libertad de un querido sacerdote, se levantaron en armas, tomaron el palacio municipal y le prendieron fuego en noviembre de 2016.
Decenas de habitantes quemaron una patrulla de la policía y ocasionaron destrozos en otros negocios para exigir que el párroco fuera localizado con vida, luego de que fuera sustraído de la vivienda sacerdotal donde descansaba.
Sergio Aldazaba/Avc