«En estos tiempos turbulentos, los libros encarnan la diversidad del ingenio humano, dando cuerpo a la riqueza de la experiencia humana, verbalizando la búsqueda de sentido y de expresión que todos compartimos y que hace avanzar a todas las sociedades. Los libros contribuyen a unir a la humanidad como una sola familia, compartiendo un pasado, una historia y un patrimonio, para forjar un destino común donde todas las voces sean escuchadas en el gran coro de las aspiraciones humanas», escribe la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, en ocasión del festejo internacional de los libros que se celebra el 23 de abril desde 1995, cuando la Conferencia General de la UNESCO proclamó la fecha en que murieron Shakespeare, Cervantes y Garcilaso de la Vega (aunque el dato es impreciso, como lo he comentado en otras ocasiones) como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

Sobre la celebración de este año, se lee en el portal del organismo:

«En la 24ª edición del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor celebraremos la literatura y la lectura centrándonos principalmente en la importancia de mejorar y proteger las lenguas indígenas en línea con la celebración del Año Internacional de las Lenguas Indígenas. Como un vector de conocimiento, los libros reúnen a las personas en torno a una historia y un patrimonio común, a la vez que revelan las características de las culturas, identidades e idiomas.

«Cada año, la UNESCO y las tres organizaciones profesionales internacionales del mundo del libro (la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias) eligen una capital mundial del libro cuyo mandato empieza cada 23 de abril.

«El comité de selección ha elegido Sharjah, de los Emiratos Árabes Unidos, por la naturaleza innovadora, integral e inclusiva de su solicitud, con un programa de actividades centrado en la comunidad que contiene propuestas creativas para involucrar a la numerosa población migrante. Con el eslogan ‹Lee: estás en Sharjah›, el programa se centra en seis temas: inclusión, lectura, herencia, divulgación, publicaciones y niños. Entre otros actos, habrá una conferencia sobre la libertad de expresión, un concurso para jóvenes poetas, talleres para crear libros en braille y libros táctiles, así como muchos otras actvidades para la población multiétnica de Sharjah. El objetivo de la ciudad es fomentar una cultura de la lectura en los Emiratos Árabes Unidos y crear nuevas iniciativas para fomentar la creación literaria en el área y en el resto del mundo árabe».

La ocasión es propicia para leer a Dhabiya Khamis, importante poeta emiratí que, a decir del poeta sirio Suleman Taufiq, «encarna un fuerte compromiso por los derechos humanos y la mujer. En su poesía prevalece una atmósfera de rebelión contra la opresión familiar, social o estatal».

El portal del Festival Internacional de Poesía de Medellín informa: «Dhabiya Khamis nació en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, en 1958. Estudió Ciencias Políticas, Filosofía, Literatura Árabe Moderna y Antropología. Cuando apareció su antología personal en 1985, fue confiscada y censurada. Se le prohibió seguir escribiendo para los medios estatales y en 1987 fue encarcelada para que no escribiera más. A raíz de las amenazas, vivió desde 1988 exiliada en Londres y desde 1991 en El Cairo. Desde su primer título, Pasos del suelo, del año 1980, publicó hasta hoy catorce poemarios más, tres libros de prosa corta y cuatro de estudios culturales y crítica literaria. Sus poemas fueron traducidos al alemán, español, inglés y francés».

Dhabiya Khamis

Tres poemas suyos, traducidos por Jona y Tobías Burghardt, dan fe de las palabras de Taufiq:

 

LA NIÑA Y LA CIRCUNCISIÓN

Cumplí siete años,
ahuyentaba los gallos,
jugaba con ovejas
imitaba el cacareo de las gallinas,
robaba golosinas
y el vestido de mi hermana menor.
Leía las revistas de mi hermano mayor,
esparcí las plumas del almohadón
sobre su cabeza.
Me rodearon siete mujeres viejas,
el cuchillo reptó hacia mi flor,
al brotar la sangre,
las mujeres trinaban.
Mi hermana me miró asustada.
Y yo, ya no ahuyenté gallos.

 

SI LO AMARA COMO UNA ROSA Y ÉL FUERA UNA GOLONDRINA

Hombre, te amo
y casi te odio.
Eres deseo del día
y yo noche sin ocaso.
Mi sangre te busca
como la tierra.
¿Qué le digo al cuerpo,
que sueña contigo así
como late el corazón?
¿Le cuento
que es firme como el filo del cristal,
como el corazón de una estrella muerta?

 

ESQUIZOFRENIA

Porque todo está bien,
quiebro el espejo… No me arreglo.

Porque todo está bien,
mi novio no me abraza,
ni me regala rosas.

Porque todo está bien,
los niños van de negro,
queman pasto
y de un caballito de madera hacen un fusil.

Porque todo está bien,
la única profesión del Oriente
es la muerte y salvarse de ella.

 

 

 

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