Expertos de distintos campos del conocimiento plantearon que la Conquista española en México debe ser analizada como un suceso que ocurrió en múltiples esferas y tiene implicaciones históricas y conceptuales.
Al participar en el Congreso Internacional “500 años de la ¿Conquista? irrupción española y la guerra mesoamericana”, los investigadores de la Mesa 3 “La conquista de las sociedades americanas”, que se efectuó en el Ágora de la Ciudad, analizaron el mito de Quetzalcóatl, la representación de los otomíes, el concepto de frontera norte y la aplicación de la teoría histórica de la larga duración al fenómeno que cambió la historia hace medio milenio.
Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana (UV), inició con la conferencia “El recurso mítico de Quetzalcóatl durante la Conquista”.
Puntualizó que “Quetzalcóatl fue un elemento esencial de la Conquista con varios mitos a su alrededor”; en algunos es descrito como un dios y en otros como una persona, pero existe otra hipótesis que sugiere que era un cargo de autoridad que se transfería.
Como conclusión dijo que hay “un faltante en cuanto a la revisión de imágenes para tener una percepción del pensamiento y del imaginario, porque se ha avanzado mucho más en las crónicas que en las imágenes” de la época de la Conquista.
Tal labor, acudir al documento gráfico de los distintos pueblos en el momento de la Conquista y compararlos con los del mundo precolombino, permite constatar que sí existe una línea de continuidad que puede dar claridad de las referencias.
“Me parece muy interesante revisar imágenes de tradición indígena como las del mundo europeo y saber qué nos están relatando del momento, porque creo que encontraremos cosas que no están con los cronistas”, señaló Sara Ladrón de Guevara.
A continuación, Jonathan Graham, académico del Departamento de Historia de la Universidad Estatal de Ángelo de Texas, Estados Unidos, dictó la conferencia “Del ave turquesa al cristo negro: cambios coloniales y continuidades prehispánicas en el arte sagrado de las comunidades otomíes del Valle de Ixmiquilpan”.
Su charla giró en torno al descubrimiento de murales ocultos en la iglesia de San Miguel Arcángel de Ixmiquilpan en el estado de Hidalgo y las representaciones del ave turquesa, asociada en la cultura otomí con la autoridad.
“Algo que debemos tener en cuenta si se estudia a los otomíes en la época prehispánica, es el estereotipo contra ellos en las fuentes que han sobrevivido, en particular los escritos por los nahuas de la cuenca del valle de México, particularmente los mexicas”, puntualizó.
Esto provoca problemas que enfrenta cualquier historiador: el problema del estereotipo que no los considera como un grupo grande y variado; incluso es posible que los mexicas que se asentaron en Tenochtitlán fueran descendientes de un linaje otomí.
“La guerra y la política contribuyeron a la formación del estereotipo otomí y este sesgo fue reforzado con la formación de la Triple Alianza en 1428, cuando unos otomíes resistieron el ataque mexica”, detalló.
Concluyó que la región del valle del Mezquital se debe analizar desde varias disciplinas para entender cómo se asentaron diversos grupos de otomíes posterior a los embates del Imperio mexica.
A continuación, Cecilia Sheridan Prieto, antropóloga del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Noreste, impartió la conferencia “La conquista inacabada: fronterización y barbarie”.
Después de varios años de investigación encontró las acciones que llevaron al exterminio directo y deliberado de los indígenas que habitaron esta región de la Nueva España en su región nororiental.
“Me pareció importante discutir en torno a la idea de la Conquista de México, qué es en ese momento y qué va a ser posteriormente este gran norte que difícilmente se integra a lo que es el centro y sur de México, siempre hay esta distancia, no sólo kilométrica sino cultural y de interrelaciones con el resto del país.”
Sheridan Prieto dijo que “en la historiografía producida sobre la Conquista de México y el novohispano suelen obviarse las conquistas marginales, o si se prefiere, lejanas en las fascinantes crónicas del sitio de Tenochtitlan”.
Por último, Rodrigo Martínez Baracs, historiador e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), conversó sobre las “Perspectivas de estudio de la Conquista”.
Propuso analizar el momento de la Conquista dentro de un periodo de larga duración, similar a lo expuesto por el historiador Fernand Braudel con respecto al mediterráneo, y considerar los momentos coyunturales y los acontecimientos como parte de esta explicación de la Conquista.
“La Conquista de México y de América es no sólo un acontecimiento fundacional, sino una verdadera revolución; todo cambió a partir de la Conquista, lo tecnológico, lo ecológico, lo bacteriológico, lo económico, político, social, religioso. No hay nada que no haya cambiado desde entonces”, manifestó.
Siempre se ha visto a la Conquista como la gran destrucción del México prehispánico, observó, “sí, cayó el imperio de la Triple Alianza pero los señoríos locales van a seguir existiendo como habían existido seis siglos antes de la Conquista, seguirán existiendo después ya que estaban acostumbrados a ser conquistados y de-conquistados, de modo que para ellos no fue un cambio tan fuerte, al menos en un primer momento”.
David Sandoval Rodríguez / Prensa UV