El Partido Revolucionario Institucional se prepara para la renovación de su Comité Directivo Estatal; sale Lillian Zepahua, interina, y podría llegar uno de los cuatro candidatos registrados, Damara Gómez, Adolfo Ramírez, Carlos Aceves o Marlon Ramírez.
Los cuatro aspirantes están en campaña para intentar convencer a un electorado de poco más de 160 mil militantes.
El problema, sin embargo, se relaciona con un padrón poco confiable, cuya última actualización data de hace cuatro años, 2015.
Por tanto, ese padrón incluye lo mismo a personas que fallecieron en los últimos años, que a quienes eran priistas pero hoy ya se encuentran en otros partidos.
Tenemos el caso, por ejemplo, del actual regidor del ayuntamiento Xalapa, Rafael Pérez Sánchez, quien llega al Cabildo como integrante de la planilla del Movimiento de Regeneración Nacional; sin embargo, el padrón que es usado para el presente proceso interno del PRI le reconoce como militante y, por tanto, tendría derecho a participar o al menos a votar.
Otro caso: en el puerto de Veracruz, el padrón priista reconoce como militante a Fernando Arteaga Aponte, quien fuera operador político del PRI hace algunos años; sin embargo, el famoso “Huevo” Arteaga fue candidato de Morena a diputado en el proceso electoral de 2018; hoy, al igual que el xalapeño Rafael Pérez, podría acudir a votar por una de las cuatro fórmulas que disputan la dirigencia estatal.
Habría que decir que como esos dos ejemplos hay otros casos similares en prácticamente todos los distritos de la entidad: personas a las que el partido reconoce como militantes pero que hoy simpatizan con otras fuerzas políticas.
Eso sin contar los casos de priistas que han muerto en los últimos años y, dado que no existe un padrón actualizado, todavía aparecen con derecho al voto.
Por el contrario, hay otros casos de priistas que han formado parte por años de la llamada estructura electoral, de los seccionales del partido, que no fueron incluidos en el padrón que reconoce el Instituto Nacional Electoral y, por tanto, están impedidos para votar.
El PRI, por cierto, corre el riesgo de ver un proceso judicializado, como ocurrió con la elección interna panista, si es que prevalece la trampa y el fraude.
Recordemos que por la noche de este miércoles, el Tribunal Electoral de Veracruz anuló la elección interna del Partido Acción Nacional, con lo que echó abajo el resultado que favorecía a José de Jesús Mancha.
Al desahogar los recursos de impugnación presentados por Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, el Tribunal determinó que dicho proceso no garantizaba los principios constitucionales de certeza, por lo que el partido tendrá que convocar a una elección extraordinaria.
La competencia entre los dos candidatos panistas, Mancha Alarcón y Guzmán Avilés, terminó por judicializarse y el mismo riesgo corre ahora el Revolucionario Institucional.
De entrada, Damara Gómez, la única mujer y la única joven de la contienda priista, anuncia que presentó cinco recursos de impugnación al proceso interno de su partido.
Otros aspirantes, como Carlos Aceves Amezcua, han optado por una actitud institucional, descartan irregularidades y se niegan a hablar de dados cargados.
Lo cierto es que sin importar quien gane en el proceso interno del PRI, el partido enfrenta el reto de no dividirse aún más, porque a este paso terminará todavía más reducido, balcanizado. @luisromero85