Para Guadalupe Rodríguez de Ita, integrante del Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora” (Instituto Mora), el tema de los dictadores que por diversas circunstancias se han exiliado de su país de origen es poco abordado por la academia, “por lo que es poco sabido que estos personajes también lloran cuando tienen que dejar el poder”.
La ponente, quien cuenta con Doctorado en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue la primera conferencista del Tercer Coloquio Internacional “Intelectuales, migración y exilio en Iberoamérica”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico–Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV) y el Centro de Investigación sobre América Latina y el Caribe de la UNAM.
El jueves 4 de abril en el Auditorio “Jesús Morales Fernández” de la Unidad de Humanidades, Rodríguez de Ita habló de los dictadores exiliados en la República Dominicana Trujillista a finales de los años cincuenta: Gustavo Rojas Pinilla, de Colombia; Marcos Pérez Jiménez, de Venezuela; Juan Domingo Perón, de Argentina, y Fulgencio Batista Zaldivar, de la revolución cubana.
De acuerdo a los estudios realizados sobre el tema, la investigadora del Instituto Mora consideró que los dictadores eligieron a República Dominicana para su exilio por ser gobernada por otro dictador (Rafael Leónidas Trujillo), además de ser una isla ubicada en el centro del Caribe, “lo que les permitiría retornar a su país una vez calmada la situación que propició su salida, aunque no siempre sucede esto”.
La integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel 2, apuntó que por la personalidad que caracterizó al presidente dominicano, el trato a estos dictadores fue desigual dado que pensaba que en términos políticos “alguno le podía hacer más ruido”, como fue el caso de Batista Zaldivar, a quien trataba con indiferencia y agresividad, caso contrario de Domingo Perón, al que siempre trató con amabilidad.
Otro punto de la investigación es que por encontrarse ya en decadencia la era trujillista (de 1957 a 1959), los habitantes de la isla mostraron su inconformidad por la presencia de los dictadores, “manifestaciones que fueron controladas por el gobierno, pero en mayo de 1961 Leónidas Trujillo fue ajusticiado –como dicen ahora los dominicanos–, por una combinación de factores internos y externos, ya que había todo un movimiento”.
Guadalupe Rodríguez señaló que el tema de exilio en general sí se ha estudiado, “el español en México, el chileno y el argentino en los setenta, y los centroamericanos en los ochenta, que son de izquierda, por persecución política, de clase media o intelectual; pero de los dictadores exiliados poco se ha hecho, y por ello me estoy dedicando a este tema”, concluyó.
Durante la ceremonia protocolaria de inauguración, Raúl Romero Ramírez, director de la Facultad de Historia, expresó que el coloquio tiene como propósito estudiar y analizar las relaciones que se generan entre las tareas intelectuales y los procesos migratorios y del exilio. De manera particular en el ámbito de las ideas, los procesos culturales y los contextos políticos, que permiten comprender determinados momentos que han determinado las realidades iberoamericanas en el transcurso del devenir histórico.
En el evento estuvieron presentes: Adalberto Enrique Santana Hernández, coordinador académico del Área de Humanidades y Artes de la UNAM; Mayabel Ranero Castro, coordinadora del Seminario de Historia Cultural e Intelectual de América Latina de la UV, y Elissa Rashkin, del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación, de la UV.
José Luis Couttolenc Soto / Prensa UV