Orizaba, Ver.- Migrantes pararon por momentos el tráfico vehicular de la autopista Puebla-Veracruz a la altura de las gasolineras «Las Gemelas» en esta ciudad, para detener plataformas que los lleven al centro del país.
Fue un grupo de alrededor de 250 centroamericanos el que arribó a este tramo desde el domingo al mediodía, alrededor de la mitad logró detener una “madrina” que pasaba vacía así como un tráiler, donde lograron subirse, el resto esperó hasta este lunes.
Cuando los migrantes observaban a lo lejos que venía un vehículo grande, se paraban sobre la carretera para detener el tráfico y correr a las plataformas, tráileres y otros, pidiendo a los operadores permitirles subirse.
Hubo quienes se negaron, y otros que finalmente no tuvieron más que aceptar porque ya estaban arriba acomodados.
Este lunes el grupo que quedaba, integrado por unos 125 migrantes, empezó desde muy temprano sus intentos por parar a traileros.
No faltaron los operadores que rechazaron llevarlos, y hubo otro que finalmente tuvo que llevárselos porque todos estaban ya arriba y se negaban a bajar.
Autoridades de Protección Civil, Policía Federal, y brigadas de la Secretaría de Salud, estuvieron presentes en el área a fin de atender a los migrantes y atender situaciones de riesgo.
De hecho, este lunes en su intento por detener un tráiler provocaron un accidente, aunque no de gravedad, pero que sí dejó daños materiales.
Se conoció que este era el último grupo de una de las caravanas que cruzan el país. En esta se contabilizaron unos 1,500 migrantes, entre niños, jóvenes y adultos.
Comerciantes cerraron
Algunos negocios de comida a pie de carretera que se ubican en el tramo donde ellos estuvieron parando el tráfico, decidieron cerrar sus negocios, porque aseguran que los migrantes generan muchos problemas y ahuyentan a verdaderos clientes.
Nora A. propietaria de uno de estos negocios, explicó “entre ellos se pelean, tienen conflictos” además reveló que llegó una unidad de la Comisión de Derechos Humanos a dejarles alimentos, entre los que había bolsas de arroz y frijol, que dejaron tirados.
“Como en todas partes hay gente buena y gente mala. Hay personas groseras entre ellos, dejan su basurero, y por temor tuvimos que cerrar el negocio, así nos evitamos problemas, y es que eran muchísimos”, explicó.