La acción premeditada y perversa del gobierno provocó la muerte de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa. Hoy, la omisión premeditada del gobierno -la tolerancia al delito y la flagrancia ya son una política pública, ha reconocido el Presidente- provocó la muerte de al menos 79 personas en Tlahuelilpan, Hidalgo. En el primer caso, la izquierda se olvidó de la tragedia, culpó al gobierno y llevó el asunto -y a las víctimas- por todo el mundo; en el segundo, la izquierda pide que nos olvidemos de la responsabilidad del gobierno y nos enfoquemos en la tragedia. Ambos casos, delincuencia e impunidad de por medio, pudieron evitarse si el gobierno hubiera actuado responsablemente. ¿Unas vidas valen más que otras? Por el nivel de indignación de cada caso, parece que sí. ¿Hasta cuándo seguiremos actuando, unos y otros, como unos verdaderos idiotas? Fácil: hasta que la siguiente tragedia toque a la puerta de este país, resultado de la pobreza, la ignorancia y la indolencia oficial. Sigamos entretenidos en esta puesta en escena de ángeles y demonios.