En beneficio de la mejora de la calidad de vida de habitantes de la Colonia Santa Bárbara, situada en la Reserva Territorial de esta ciudad, alumnos de los programas educativos (PE) de Ingeniería Civil e Ingeniería Ambiental de la Universidad Veracruzana (UV) realizaron dos proyectos de intervención urbana.

Se trata de las propuestas de desarrollo del Parque Recreativo “Quetzal” y del Centro Comunitario “Centiliztli” (cuyo significado en maya es unión), que fueron entregadas a autoridades del Ayuntamiento de Xalapa a fines de 2018, con el fin de ser evaluados y aprobados para su posible ejecución.

Sabino Márquez Montero, académico de la Facultad de Ingeniería Civil y quien imparte la experiencia educativa (EE) Experiencia Integradora, resaltó la necesidad de asistencia médica, social y de seguridad en esta zona, que pudo ser constatada directamente por los alumnos de esta EE.

Comentó que todo inició a raíz de un trabajo de maestría que buscaba el desarrollo de viviendas dignas y emergentes en el mismo sitio donde es latente la condición de marginación, pobreza y falta de oportunidades para niños, jóvenes y adultos.

Por ello, con el parque recreativo y el centro comunitario se propone dar seguimiento y así elevar la calidad de vida de este sector, a partir del apoyo e iniciativa de los universitarios de ambos PE.

En este sentido, Márquez Montero expuso el compromiso de la UV en el desarrollo de proyectos y estrategias que cumplan una función social, donde los alumnos identifiquen las problemáticas sociales y busquen darles solución a partir de sus ideas, experiencia y conocimientos adquiridos.

Precisó que desde enero los jóvenes iniciaron el trabajo con recorridos por el área elegida, que consta de una superficie de más de seis mil metros cuadrados.

La labor consistió en la aplicación de encuestas para identificar las necesidades de los pobladores, quienes externaron la inquietud de contar con servicios médicos, nutricionales, talleres de cocina, inglés, computación, baile, carpintería y electricidad, lo cual se vería reflejado con el funcionamiento del Centro Comunitario “Centiliztli”.

Añadió que el proceso abarcó varias etapas y propuestas, toda vez que los proyectos no se resuelven a la primera pues se necesita entender y conocer el problema. Posteriormente, cada propuesta fue sometida a una fase de diagnóstico.

“Facilita mucho a los alumnos el empleo de un software para hacer sus bosquejos, propuestas de proyecto y conceptualización de la idea; todo empieza con un anteproyecto y concluye con una fase de proyecto a nivel básico.”

En él presentan una memoria de cálculo, presupuesto de obra y programa de desarrollo de proyecto, que determina en cuánto tiempo se llevará a cabo cada una de las actividades y quiénes son los responsables a nivel individual y grupal.

Lo mismo se hizo con el proyecto del Parque Recreativo “Quetzal”, el cual constará de juegos tubulares como: columpios y resbaladillas, áreas de esparcimiento naturales donde los habitantes puedan correr, trotar y realizar cualquier tipo de ejercicio.

Por su parte, Eduardo Castillo González, director de la Facultad de Ingeniería Civil, reconoció la labor y compromiso de los participantes y subrayó que este trabajo se complementa con una evaluación de impacto ambiental de cada uno de los proyectos.

“En ambos casos son propuestas de bajo impacto porque no implican una afectación al medio ambiente, esto lo diferencia de otros proyectos donde las repercusiones son severas.”

Como parte de esta iniciativa, también se generan otros beneficios de índole laboral, con la contratación del personal durante la etapa de operación del proyecto, acotó.

Mario Rafael Giraldi Díaz, académico de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ), expuso que a invitación de su colega Sabino Márquez, le correspondió impartir un seminario a los estudiantes de Ingeniería Civil, con el propósito de que lograran integrar a su trabajo la parte ambiental y de sostenibilidad.

“Se busca que desde su conceptualización, el proyecto sea ambientalmente sostenible y armónico.”

Respecto a lo anterior, la académica de la FCQ, Lorena de Medina Salas, agregó que los proyectos de construcción fueron complementados con la elaboración de una ficha de impacto ambiental; por lo tanto, la idea de vinculación es similar a generar propuestas de proyectos que den solución a problemáticas sociales, las cuales significarían una inversión costosa para el municipio.

“En este caso, les entregamos un proyecto ejecutivo que incluye planos, cálculos, presupuesto y ficha de impacto ambiental.”

Junuem Viridiana Mejía Hernández y Norma Guadalupe Mendoza Córdova, egresadas de Ingeniería Civil, compartieron su experiencia como integrantes del equipo encargado del proyecto del centro comunitario.

Explicaron que ocuparon un 30 por ciento del total de la superficie del terreno, pues el resto lo contemplaron para la instalación de áreas verdes y una explanada para los bailes de salón. También, dentro de esa superficie se planea ubicar el parque recreativo.

“Nos costó mucho la parte de conceptualización porque hicimos como 10 propuestas previas de cómo quedaría el centro comunitario.”

Cabe destacar que la elaboración de planos y una maqueta realizada, se sumó un video de tres minutos y medio en el que se muestra una vista panorámica del terreno y permite tener una idea más clara del contexto.

“Nos satisface haber participado en este trabajo porque también contribuimos en generar un cambio en las personas.”

En esta experiencia también participaron: Irving Isidro del Carmen Bocarando y Carlos Gómez Hernández, de Ingeniería Civil; por parte de Ingeniería Ambiental: Cipriano Sánchez Noguez, Berenice Blanco Pérez y Julio César Cabal Rivera.

En el proyecto del parque recreativo, los alumnos de Ingeniería Civil son: Adriana Vargas Hernández y Andrés Esquivel Carrillo; y de Ingeniería Ambiental intervinieron: Laura Elena Morales Mendoza, Marcela Patricia Sánchez Castillo y Maryelena Ortiz Hernández.

Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV