La reactivación de los ámbitos físico, mental, espiritual, emocional y social para generar una salud sustentable, es la propuesta esencial del Modelo de Medicina Sistémica Integrativa, desarrollado por Enrique Vargas Madrazo, investigador del Centro de EcoAlfabetización y Diálogo de Saberes (EcoDiálogo) de la Universidad Veracruzana (UV), publicada en diciembre de 2018 en la Revista Internacional de Investigación en Medicina y Ciencias Médicas.
“Integrative Medicine Review”, es el título del artículo que aparece en el Volumen VI de esta revista internacional científica e indexada de publicación mensual. Ahí se aglutinan más de 25 años de investigación y se expone esta propuesta innovadora desarrollada dentro de la Línea de Generación y Aplicación del Conocimiento (LGAC) “Biomedicina sistémica y sustentabilidad comunitaria”.
Vargas Madrazo enfatizó la colaboración y apoyo de investigadores del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice) y de las facultades de Psicología, Medicina, y Contaduría y Administración, en este trabajo consistente en una revisión y sistematización tanto de la medicina moderna como de la alternativa complementaria, donde convergen colectivos inter, multi y transdisciplinares.
Destacó la actual crisis en materia de salud que se vive debido a los altos costos de los medicamentos y las grandes pandemias como son el cáncer y el SIDA.
Comentó que hace 15 años en Estados Unidos se determinó que el 60 por ciento de las enfermedades adquiridas por la población eran de carácter iatrogénico; es decir, producidas por la propia intervención de la medicina.
Por esta razón, el modelo sugiere considerar los aspectos físico, mental, emocional, espiritual, social o relacional, para lograr una salud sustentable y frenar el ciclo que tiene que ver con el consumo de fármacos, intervenciones quirúrgicas y efectos colaterales, comentó el Licenciado en Bioquímica por la Universidad de La Habana, Cuba.
El también Maestro y Doctor en Investigación Biomédica Básica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), acentuó que el modelo fue sistematizado sin la confrontación entre la medicina moderna y la alternativa; por el contrario, se dialogó y atendió cada una de las cinco esferas de la salud.
Asimismo, la estrategia establece que de no atenderse, la salud no será sustentable ni viable, “sólo se taparán y aliviarán los síntomas y el malestar por un rato, pero las causas reales de la enfermedad se profundizarán convirtiéndola en crónica degenerativa.
“No hay enfermedades, sólo son síntomas o síndromes comunes provocados por aspectos como la falta de ejercicio, lo cual desencadena en atrofiamiento de los órganos.”
A ello se suman los patrones emocionales, pues ahora se sabe que un alto porcentaje de las enfermedades tienen que ver con el mal manejo de las emociones y aspectos mentales que generan neurosis, pensamientos y patrones de comportamientos reiterativos.
El vacío espiritual, el desasosiego, tristeza profunda y el ámbito social también influyen en el deterioro de salud, debido a la existencia de familias desmembradas, falta de comunicación entre padres e hijos y depresión por aislamiento.
Estudios de la medicina social revelan que las personas que viven aisladas, centradas en el trabajo, con una gran presión social y estrés, padecen una enorme crisis de salud.
“Si atendemos esos aspectos hay un proceso de curación y sanación; es decir, desde la raíz se fortalece la vitalidad de las células, del órgano o tejido afectado, de la persona en su conjunto, de la red familiar y social que está alrededor.”
Con el fin de crear un ambiente de regeneración de la salud, el investigador de EcoDiálogo, que a su vez también desarrolla una LGAC centrada en economía solidaria y organización comunitaria en el municipio de Xico, Veracruz, dio a conocer que desde hace dos años y medio el modelo es aplicado en beneficio de pacientes del Centro Estatal de Cancerología “Miguel Dorantes Mesa”, adscrito a los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver).
Agregó que la labor no ha sido fácil y reconoció el respaldo de tesistas de maestría y licenciatura que han trabajado con médicos, enfermeras y analistas clínicos, con el fin de montar protocolos de medicina integrativa en la atención de pacientes con cáncer, tal y como se hace en múltiples hospitales del mundo.
A partir de este cambio, los profesionales de la salud podrán implementar en pacientes con cáncer protocolos de atención distintos a las quimioterapias, radioterapias, cirugías o tratamientos convencionales, entre ellos: la alimentación, práctica de yoga, medicina tradicional china e hindú, métodos emocionales, mentales, espirituales y de meditación.
Enrique Vargas señaló que en el artículo publicado en la revista también se dan a conocer resultados extraordinarios sobre este modelo, de ellos destaca un estudio aplicado a 100 mujeres con cáncer de mama del MD Anderson Hospital de Houston, Texas.
La mitad de ellas fueron tratadas durante cinco años con el método convencional, y la otra mitad recibió tratamiento a base de yoga, meditación y medicina alternativa.
Después de ese periodo, la mayoría de las pacientes del primer grupo habían fallecido, mientras que el 95 por ciento del segundo estaban vivas y sanas.
“Eso se sistematizó en este artículo que es uno de los primeros a nivel internacional sobre medicina sistémica integrativa.”
Agregó que tras ser enviado el resumen de la investigación, correspondió a un comité editorial evaluar y aprobar su contenido a través de un riguroso proceso de arbitraje internacional.
Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV