Agua Dulce, Ver.- Una habitante de Agua Dulce fue víctima de secuestro, pero logró escapar de los plagiarios gracias a que otras personas chocaron el auto en el que la llevaban los plagiarios, no obstante, resultó con crisis nerviosa y necesitó que la sedaran.
Los hechos ocurrieron en la calle Cerro Azul de la colonia Cuatro Caminos, cuando llegaba una conocida hidrómila a su domicilio en el que también hay una papelería, cerca del colegio La Salle.
El auto Nissan gris de modelo atrasado fue interceptado por un grupo de sujetos armados que viajaban en un Aveo de color rojo con placas YKH-10-47, los cuales obligaron a una mujer a bajarse del auto ante la mirada atónita de su hermana, una trabajadora petrolera.
Los familiares, alarmados, corrieron hasta el Sindicato Petrolero para pedir ayuda, con lo que se dio aviso a distintas corporaciones policíacas. Mientras tanto, el auto rojo emprendió la fuga sobre la Cerro Azul, entre Poza Rica y Cinco Presidentes, pero según vecinos fueron perseguidos por otros familiares los cuales chocaron por detrás el auto cuando este giró hacia la calle Ogarrio, lo que dejó inutilizado el vehículo de los secuestradores.
Por fortuna la mujer logró quedar libre del yugo de los delincuentes que prefirieron huir de la escena, de modo que la unidad quedó asegurada por la Policía Ministerial de la Fiscalía General del Estado (FGE), además de que la zona fue acordonada por la Policía Municipal y Policía Estatal.
Cabe señalar que el secuestro es un delito que se ha disparado en Agua Dulce, en donde en lo que va del año se ha reportado cercan de una docena de plagios, la mayoría de agosto a la fecha. Aunque octubre había pasado sin reporte de secuestro, noviembre arrancó con un caso más.
La mayoría de estos incidentes no son denunciados oficialmente, pues los familiares temen por la vida de sus seres queridos y han preferido pagar fuertes sumas de dinero a cambio de su libertad. El principal blanco en esta ciudad han sido trabajadores de Pemex, ya sea activos, jubilados o familiares de funcionarios, así como comerciantes.
Violeta Santiago/Avc