Ai-Ling Lin y sus colegas en el Centro de Envejecimiento Sanders-Brown de la Universidad de Kentucky sugiere que la función neurovascular mejoró en ratones que seguían un régimen de dieta cetogénica.

La dieta cetogénica se centra en la ingesta de más alimentos ricos en proteínas y grasas y la restricción de glúcidos y azúcares.

Dieta cetogénica

Según ha explicado Lin:

La integridad neurovascular, incluido el flujo sanguíneo cerebral y la función de barrera hematoencefálica, desempeña un papel importante en la capacidad cognitiva. La ciencia reciente ha sugerido que la integridad neurovascular podría estar regulada por las bacterias en el intestino, por lo que nos propusimos ver si la dieta cetogénica mejoró la función vascular cerebral y redujo el riesgo de neurodegeneración en ratones jóvenes y sanos.

En el estudio, dos grupos de nueve ratones, de edades comprendidas entre 12 y 14 semanas, recibieron la dieta cetogénica. Después de 16 semanas, se observó que los ratones tenían aumentos significativos en el flujo sanguíneo cerebral, un mejor equilibrio en el microbioma en el intestino, menores niveles de glucosa en la sangre y peso corporal, y un aumento beneficioso en el proceso que elimina el amiloide beta en el cerebro, un sello de la enfermedad de Alzheimer.

Un segundo estudio, publicado en Frontiers in Aging Neuroscience, utilizó técnicas de neuroimagen para explorar in vivo los efectos de la rapamicina, la dieta cetogénica o la restricción calórica simple en la función cognitiva de ratones jóvenes y ancianos. Sus datos sugirieron que la restricción calórica funcionaba como una «fuente de la juventud» para los roedores envejecidos, cuyas funciones neurovasculares y metabólicas eran mejores que las de los ratones jóvenes con una dieta sin restricciones.

Con información de Xataka Ciencia