Ignorado por los principales grupos panistas que se disputan la dirigencia nacional del partido blanquiazul –pues hizo la intentona de promover a su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez para la Secretaría General del CEN, como lo anduvieron pregonando sus voceros–, ahora, tras el naufragio derivado del tsunami electoral, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares busca apoderarse del Comité Directivo Estatal, último reducto que le queda para asegurar la sobrevivencia política de su dinastía familiar.
Para Yunes y sus hijos –quienes ya advirtieron que la historia no terminó con el proceso electoral de julio pasado, sino que la lucha sigue, mandando el obvio mensaje de que buscarán recuperar el poder en la sucesión estatal de 2024– será determinante obtener el control del CDE del PAN para acceder, junto con su grupo de cómplices e incondicionales, a las candidaturas municipales y de diputados locales y federales que se disputarán primero en 2021, tres años antes de la nueva elección de gobernador.
Para ello, el jefe del clan yunista perfila a dos de sus alfiles: al secretario de Desarrollo Agropecuario, Joaquín Guzmán Avilés, cuya influencia en el panismo veracruzano se concentra mayoritariamente en la región de Tantoyuca, en el norte del estado, y al diputado federal Carlos Valenzuela, muy allegado a la familia gobernante, quien precisamente la noche de este martes renunció a la Secretaría General para contender por la presidencia del CDE del PAN.
Para el herido yunismo azul, asegurar el control de la dirigencia estatal panista será vital para reconstruir su proyecto sucesorio, pues tal como lo apuntó el alcalde porteño Fernando Yunes Márquez en su intervención durante el acto conmemorativo del 79 aniversario de la fundación de Acción Nacional, que tuvo lugar la noche de este miércoles en el salón “Gobernadores” del Club de Leones de la ciudad de Veracruz, vienen tiempos difíciles para su partido ya que no tendrán la Presidencia de la República ni la Gubernatura del estado.
Sin embargo, en ese mismo evento, los yunistas volvieron a evidenciar la misma soberbia e intolerancia que les generó un alto costo en la reciente elección.
Y es que este otro hijo de Yunes Linares, orador principal del acto partidista, respiró por la herida que, obviamente, todavía no les cicatriza.
“Esto es de depuración interna del partido, que yo agradezco. Los que ya sabemos que son traidores se van a quitar la máscara y se van a ir, de una vez por todas y lo celebro. Y, ojalá, varios se fueran de una vez ahorita”, dijo sin dar nombres, pero sus seguidores entendieron la indirecta y voltearon a ver al ex alcalde boqueño y actual diputado federal Francisco Gutiérrez de Velasco Urtaza, quien habría tenido acercamientos con MORENA y el gobernador electo Cuitláhuac García. Los gritos de “¡fuera, fuera!” no se hicieron esperar.
El hermano del fracasado ex candidato del PAN a la gubernatura dijo que ante tiempos difíciles es lamentable que muchos militantes luchen desde abajo para que otros traicionen sin consecuencias.
Sin embargo, lo que Fernando Yunes no dijo es que ellos también traicionaron a su candidato presidencial Ricardo Anaya, cuando al percatarse de las tendencias electorales adversas reflejadas en las encuestas reales, comenzaron a promover en las últimas tres semanas previas a la elección el voto cruzado entre los simpatizantes del abanderado de MORENA, Andrés Manuel López Obrador.
¿O acaso fue mera casualidad que el ex dirigente nacional del PAN obtuviera en Veracruz casi 500 mil votos menos de los que sumó el primogénito del gobernador Yunes Linares?
Por eso algunos líderes de corrientes panistas muy representativas han comenzado a manifestarse públicamente también en contra de los “caudillos” y “dinastías” que pretenden dirigir al partido blanquiazul, como por ejemplo lo acaba de hacer el ex diputado federal de Huatusco y ex aspirante a la candidatura del PAN a gobernador, Víctor Serralde.
Duck contaminó la escena
No se necesita ser un experto en Derecho para saber que en el caso del espionaje denunciado por el consejero del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Mauricio Duck Núñez, va a ser prácticamente imposible dar con los responsables.
Y es que el panista contaminó la escena al arrancar con sus propias manos y sin protección alguna tanto los cables como la cámara que mostró a los medios de comunicación. Dicha imprudencia rompió eso que los abogados llaman “cadena de custodia”, pues lo legalmente conducente era aguardar a que los peritos se encargaran de recuperar las huellas dactilares y tuvieran en cadena de custodia la evidencia.
Desafortunadamente, la evidencia fue manipulada por Duck, por lo que será muy difícil dar con el o los autores materiales de este presunto acto de espionaje.
Lamentablemente el miembro del Consejo de la Judicatura le hizo honor a su apellido anglosajón.