Después de que el diario Reforma diera a conocer que Javier Duarte y su esposa Karime Macías tienen más propiedades que la marihuana, el ex gobernador escribió una carta más al periodista Ciro Gómez Leyva donde señala que todo es puro cuento.
Dijo que la residencia en Miami que le adjudica el diario a su esposa es nota falsa y refriteada de otra publicada en junio del 2017. Que las demás propiedades que le endilgan (hasta juntar noventa) también son falsas y que los señalamientos provienen de la mente enferma y perversa de Miguel Ángel Yunes.
“En realidad no tengo ni una sola (propiedad) y mi familia vive en un pequeño departamento que rentamos” dijo al periodista.
“Es increíble hasta dónde puede llegar el periodismo amarillista y sensacionalista con tal de producir escándalos y tratar de manipular a la opinión pública sin importar lastimar y pasar por encima de los derechos de terceros… Debo confesar que esta misiva la escribo desobedeciendo las recomendaciones de mi abogado defensor. Sin embargo, la rabia y el coraje que me producen estas publicaciones falsas y mi estado de vulnerabilidad, no le permiten a mi conciencia quedarse sin dar contestación a estas infamias”, finalizó el ex gobernador.
Si Duarte no tiene propiedades, si su familia se sostiene gracias a la generosidad de sus amigos (según dijo en misiva anterior) y si su mujer tiene que viajar en el metro londinense rozándose con la chusma, infiero que tanto él como su esposa son pobres.
Y si esto es verdad, entonces ¿quién carajos se robó 44 mil millones de pesos de las arcas veracruzanas entre el 1 de diciembre del 2010 y el 12 de octubre del 2016?
Al parecer la PGR tampoco lo sabe porque de otra manera no estaría citando a más de seis decenas de personas a que la ayuden a resolver el margallate.
La dependencia pidió a un juez federal que cite a 72 personas para que sirvan de testigos en el proceso contra Javier. En la lista aparecen desde una amante supuesta o real y el joyero favorito de karime, hasta ex diputados, empresarios, inversionistas en bienes raíces y ex colaboradores que están en prisión.
Pero la PGR debió agregar en la lista a 3 millones de pobres y 800 mil miserables que dejó el duartismo. A más de medio millón de campesinos que se quedaron sin apoyos; a los estudiantes que no recibieron becas; a niños escamoteados con desayunos escolares; a las viudas de policías que quedaron en el desamparo; a los enfermos sin medicinas y a los empresarios que se quedaron sin sus pagos.
Los problemas económicos de unos, más la pobreza y miseria de otros, pueden aportar luces sobre una parte del desfalco a Veracruz.
En relación a las propiedades, no creo a Duarte tan bruto como para atesorar noventa en seis años. Ni Santa Anna se atrevió a tanto. En sus años como presidente intermitente de México, el xalapeño apenas se hizo de una mansión en Tacubaya y siete hacienditas en Veracruz. Bueno… sin contar Manga del Clavo, El Lencero, Turbaco y Santo Domingo.
Volviendo a Duarte, una investigación seria le hará ver a este ladrón que sí se gastó una parte de lo robado en residencias, ranchos y terrenos y que no es un pobre sujeto que vive de la conmiseración de los amigos.
Una cosa es que se sienta vulnerable en prisión y otra muy distinta, que quiera vernos la cara de sus pendejos apelando a una pobreza y una inocencia que está muy lejos de tener.
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