El pasado miércoles 12 de este mes alrededor de las 20:00 horas, fue secuestrada Leslie, una joven estudiante de medicina de la Universidad Cristóbal Colón.
Un video muestra la manera en que la joven fue privada de su libertad y subida por la fuerza al auto de los plagiarios.
Este martes en la madrugada, Leslie fue rescatada por elementos de la policía ministerial que detuvieron a cuatro presuntos secuestradores, entre ellos al exnovio de la víctima. Sus nombres son Jonathan, José Armando, una mujer llamada Isaura y Jairo Jafet, el exnovio de Leslie.
Esta es una excelente noticia que se está empañando con el pésimo proceder del Fiscal Jorge Winckler. Y es que su protagonismo e ignorancia pueden dar al traste con el magnífico trabajo policiaco y hacer que los detenidos queden en libertad en lugar de purgar una condena de al menos 40 años de prisión.
¿Y eso por qué? Porque volvió a regarla con el debido proceso.
Hasta un estudiante del primer semestre de Derecho sabe que una vez detenido un supuesto delincuente, se debe integrar muy bien la carpeta de investigación respetando en todo momento sus derechos humanos y además, su presunción de inocencia.
En su afán de notoriedad y deseoso de recibir el aplauso ciudadano, Jorge Winckler violó los derechos de los presuntos inculpados y hasta un tinterillo de barandilla puede hacer que un juez los ponga en libertad si se comprueba que se vulneró su debido proceso. Lo que será fácil para el tinterillo.
Para colmo, el diario Notiver publicó las fotografías de los acusados con sus nombres y el rostro descubierto, lo que constituye una violación flagrante a la ley.
Las fotos no llegaron solas al diario, alguien de la FGE tuvo que haberlas filtrado. Y como pudo haber sido un empleado desleal, pudo haber sido el mismo Winckler quizá obedeciendo órdenes superiores.
Alguien debería decirle que si antes un sujeto tenía que demostrar su inocencia, ahora es el acusador el que debe demostrar que el acusado es culpable del delito que le imputan. El principio fundamental del nuevo Sistema de Justicia Penal es la presunción de inocencia y es increíble que el Fiscal General del Estado, que sacó puro diez en la facultad de Derecho, lo desconozca.
Winckler sigue recurriendo al método que utilizaban los juzgados en los años 40, 50, 60, 70 y 80 del siglo anterior cuando, al presentar a un individuo ante los medios de comunicación, se daba por descontado que era culpable. Y en Notiver las fotos se publicaron al estilo de aquellos años.
Todos los indicios apuntan a que los detenidos son responsables de haber secuestrado Leslie, pero esto lo debe demostrar la Fiscalía ante un juez y no ante los medios.
Al dar a conocer los rostros y los nombres de los presuntos secuestradores, Jorge Winckler cometió una falta que debería pagarla él por irresponsable. Y no la joven agraviada ni sus familiares, que al saber que los detenidos pueden ser puestos en libertad, estarán pagando con su zozobra y angustia una culpa que no tienen.
Sobre el tema, el ex subprocurador de Justicia, Fidel Ordoñez Solana, dijo que la Fiscalía General del Estado no tuvo el cuidado que ordena la ley de mantener en secrecía los nombres de los presuntos inculpados, lo que viola sus derechos humanos y sus garantías individuales.
Agregó que es triste que una investigación se venga abajo por funcionarios (como Winckler), que al estar ávidos de dar buenas noticias, cometen errores garrafales.
Ordoñez Solana reveló que nadie es culpable en tanto no haya una sentencia. “La Fiscalía tuvo que integrar su carpeta y no entregar información a los medios, sólo ordenar al juez y que éste resuelva».
Indicó además que a los veracruzanos “nos da mucho coraje que se cometan errores y que se dé la oportunidad y la posibilidad de que los que cometieron el delito, puedan obtener su libertad por una violación del proceso”.
Y sí, da mucho coraje y esto provoca frustración. Pero, ¿qué de bueno se puede esperar con un Fiscal como Jorge Winckler?
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