Veracruz, Ver.- María de Lourdes Pulido Monge busca a su hijo Ángel Ulises desde el 10 de enero del 2013 luego de que policías estatales y marinos lo levantaron en una colonia de Medellín de Bravo.
Son cinco años y siete meses de búsqueda, de realizar diligencias, de tocar las puertas de la Fiscalía General del Estado e incluso de la delegación de la Comisión Ejecutiva de Atención de Víctimas (CEAV), pero sin resultados, por lo que el paradero de Ángel Ulises todavía permanece incierto.
María de Lourdes comenta que testigos del levantón que sufrió su hijo señalaron que fueron elementos de la Policía Estatal y de la Marina quienes se lo llevaron a bordo de sus patrullas.
Además, Pulido Monge la sábana del teléfono celular de su hijo lo ubicó en la Base Aeronaval de Las Bajadas, lugar al cual acudió el año pasado para constatar bitácoras u otro tipo de información que arrojara luz sobre el paradero de su hijo, pero refirió que se le aclaró que ese tipo de documentación fue asegurada por personal de la Fiscalía General del Estado.
“Tengo desaparecido a mi hijo Ángel Ulises desde el 10 de enero del 2013, fue levantado por Policía Estatal y marinos en Medellín de Bravo, no hay avance (…) Llevaba teléfono celular, pedí la sábana de llamadas y la sábana de los últimos botan ahí en la (Base) Aeronaval de Las Bajadas, ahí estaban las oficinas del Veracruz Seguro y había separos pensamos que ahí se lo llevaron, pero siempre nos lo negaron”, subrayó.
La madre de familia reveló que estos cinco años y siete meses de búsqueda han representado un tormento.
Criticó que las líneas de investigación de la fiscalía especializada por los casos de desaparición no arrojen resultados positivos en más de cinco años de diligencias.
María de Lourdes señaló que el fiscal especializado Eduardo Coronel no le recibe desde agosto pasado, incluso no atiende a sus llamadas telefónicas.
“No nos atienden, luego se le hacen llamadas, he tenido peticiones para él y no contesta, como en el expediente están nuestros números, pues saben quién les llama”, insistió.
Finalmente, Pulido Monge consideró que el Día de las Víctimas de Desaparición Forzada, establecido el 30 de agosto por la Organización de las Naciones Unidas, no debería de existir porque no debe haber desaparecidos, pero ahora es “el pan de cada día”.
José Juan García/Avc