Uno de los privilegios más grandes que tenemos como veracruzanos es que en nuestro territorio existe la línea costera más grande de México, casi el 30 por ciento del total de costa del Golfo de México, desde el sistema lagunar del norte del estado hasta el sur con la belleza de las playas de Los Tuxtlas.
Mar adentro, y no muy adentro, hay una riqueza arrecifal poco conocida por el común de la ciudadanía; los sistemas Lobos y Tuxpan en el norte, el sistema arrecifal veracruzano frente a la región de Alvarado, Boca del Río y Veracruz, además de los fondos rocosos frente a las playas de Punta Partida en el sur. No hay región costera más grande dentro de a llanura del Golfo de México que la veracruzana, la riqueza es enorme, nadamás frente a la zona conurbada Veracruz-Boca del Río hay 35 bajos arrecifales que representan un gran atractivo turístico y de buceo; se trata de paisajes marinos como los que tanto presume el caribe mexicano pero que poco se presumen desde nuestra entidad. Hoy que el tema turístico ha escalado en la agenda mediática y de transición, vale la pena considerar que tenemos un tesoro gigantesco al que nadie voltea a ver y los pocos que lo disfrutan son personas que tiene yate, una lancha, quienes pagan por viajes de buceo, y el turista promedio que paga a un lanchero para la clásica visita a «cancuncito».
¿Imagina usted un torneo de pesca de clase mundial en Veracruz? Aunque ya hay experiencias de ese tipo, es posible tener grandes eventos como los que se hacen en el pacífico, específicamente en Baja California; imagine usted el aeropuerto Heriberto Jara atiborrado de extranjeros que vienen a participar, imagine a los prestadores de servicios turísticos teniendo ganancias por servir comida, dar hospedaje, rentar lancha para pesca, transportar a los involucrados; imagine ese evento en la zona norte, el puerto de Tuxpan y sus hoteles a tope, con un flujo de asistentes llegando desde la capital del país por la tan cacareada autopista México-Tuxpan. Hasta ahora todo es imaginación, por la falta de visión de gobiernos anteriores y las condiciones de inseguridad e infraestructura carretera que están para llorar.
Dice el gobernador electo que los conciertos de la próxima Cumbre Tajín se realizarán en la costa, los sacarán del Nicho de la Música y en la playa se armará la peda, se reactivará el hospedaje tipo camarena, las playas de Costa Esmeralda estarán a reventar pero de basura, de tráfico, al menos los pocos y pequeños hoteles de la zona podrán acceder a una buena oportunidad de ingresos; pero eso de sacar los conciertos de un espacio que fue construído para ello, pensando en albergar ese tipo de eventos con una acústica especial, para llevarlo a la playa es un asunto complejo por e simple tema de logística de los músicos, de los grupos, del equipo de audio. Mejor que lleven a la playa otro tipo de eventos musicales en los que la producción se proyecta para exteriores como los festivales de música electrónica y así dar su evento aparte a esa zona o cualquiera del estado.
Y no solo para nuestro ejercicio de imaginación en lo anterior, el turismo de buceo representa grandes ingresos para regiones diversas del mundo, ¿por qué no podría ser así para nosotros?. Insistimos que es falta de visión, porque si hay escuelas de buceo, hay guías altamente capacitados y está el escenario natural, lo que falta es el empujón institucional, dejar de pensar que la oferta que maraville a todo mundo sea un acuario pequeño, con delfines en cautiverio, cosa que va en contra de cualquier ideología que respete la naturaleza y los seres vivos. Entonces por qué no tener como eje central el Acuario de Veracruz y que de ahí se ejecute un proyecto integral de cuidado de los ecosistemas marinos veracruzanos y se promocione al estado como un destino de pesca y buceo, nuevamente falta de visión.
Ni qué decir de las otras regiones, del turismo cultural, del turismo de aventura, incluso del turismo religioso y de café. Dejemos la cantaleta que dice «un estado con grandes riquezas», hay que aprovecharlas para el desarrollo, todo va de la mano y si la seguridad regresa, la infraestructura carretera se pone a nivel, se promocionan los destinos de la mano con todos los prestadores de servicios, se ponen a los expertos en medioambiente a ser quienes pongan límites, todos ganamos, Veracruz gana y el nuevo gobierno se para el cuello, en buen sentido.
Bonito el cuento que me acabo de echar, pero se los aseguro, es cosa de visión; si de veras van a poner a los mejores al frente de las oficinas de gobierno, entonces lo que les planteamos no pasará desapercibido. El turismo es una de las actividades que mejor proyectan la imagen de los gobiernos, de la sociedad, de la comunidad; se benefician a casi todos los sectores, por ahí deberían empezar.
Cumbre Tajín no es todo, pero lo más fácil es agarrarse de lo que ya está consolidado.