Durante las últimas semanas comenzaron a surgir voces que, aprovechando el descalabro del PRI, piden la salida de Américo Zúñiga de la dirigencia estatal de ese maltrecho instituto político, reducido a su mínima expresión en el reciente proceso electoral.
Comenzaba agosto cuando arreciaron las críticas contra el Comité Directivo Estatal y su presidente, a quien señalaron por “usurpar funciones”, dado que su periodo al frente de la dirigencia partidista habría expirado.
De igual manera, un pequeño grupo de militantes, tres o cuatro, se quedaron por que el CDE del PRI les habría borrado de un plumazo del padrón de militantes, algo que el partido aclaró y descartó de inmediato.
Poco después, el jueves pasado, el vocero del comité estatal del partido, Marco Antonio del Ángel, se pronunció por la salida de Zúñiga Martínez, a quien acusó por supuestos vínculos con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Dijo Del Ángel que el ex presidente municipal de Xalapa negoció con el gobernador, a efecto de que el PRI no fuera una verdadera imposición; en pocas palabras, que al dirigente priista lo habrían maiceado desde el poder estatal para que su partido no tuviera un papel de contendiente real en el pasado proceso electoral.
Zúñiga Martínez, por su parte, reconoció que su periodo en el CDE ya expiró; y que la dirigencia, el Consejo Político y los Comités Municipales del partido cumplieron el ciclo estatutario, por lo que se elegirá a los nuevos integrantes.
El también ex diputado local apuntó que su nombramiento se circunscribe en el proceso electoral y que una vez que éste concluyó, tanto el Comité Directivo Estatal como el Consejo Político y los órganos directivos municipales tendrían que renovarse.
De igual manera, el dirigente priista le reviró a su vocero; dijo que Marco Antonio del Ángel no había trabajado en la reciente campaña priista sino que, por el contrario, lo hizo por otras fuerzas políticas.
Probablemente Américo Zúñiga se refirió a la fotografía en la que Del Ángel aparece en un evento del Movimiento de Regeneración Nacional.
Como sea, en los pasillos del CDE del PRI se dice que las acusaciones de Marco del Ángel contra Zúñiga Martínez tendrían su origen en la lucha por espacios y en la disputa por los pocos recursos que se manejan en el partido.
De acuerdo con dichas versiones, tras la derrota priista en la contienda por la gubernatura del estado –y la consiguiente reducción anunciada en las prerrogativas–, en el Comité Estatal del tricolor se realizó un ajuste en la nómina de trabajadores, por indicaciones del presidente de dicho órgano de dirección partidista. Dicho ajuste habría incluido al hijo de César del Ángel Fuentes y a un par de incondicionales que tiene incrustados en la nómina del partido, de tal forma que no se puede hablar de diferencias ideológicas o de fondo entre estos dos personajes, sino de un conflicto derivado de lo que podría considerarse como un ataque a su bolsillo, un golpe a las fibras más dolorosas.
Al final, aunque no hay fecha programada, todo apunta a una renovación total en el comité estatal priista; sin embargo, esa renovación no necesariamente implicaría la salida de Zúñiga Martínez de la dirigencia del partido en la entidad, dado que al ocupar el cargo de forma interina, el ex alcalde bien podría postularse para un periodo formal, lo que se no se puede descartar. @luisromero85