Veracruz, Ver.- Calles semidestruidas, filas de vehículos parados a un lado y otro de las calles, basura al por mayor, puertas de negocios rotas o destruidas, así amaneció el puerto de Veracruz tras las lluvias nocturnas.
Las personas con cara de pesar y de cansancio revisaban el cofre de los autos para encontrar una solución mágica con la cual pudieran avanzar.
Pero en muchos casos la solución no llegó pues la maquinaria del coche sucumbió ante el agua que alcanzó varios centímetros durante la inundación nocturna. Entonces las grúas entraron en acción. Esas que circulaban como nunca en las calles más transitadas llevando y trayendo automóviles.
“Venimos al ADO a un mandado, a traer una persona y aquí mientras esperábamos con esa tromba que hubo, pues aquí se paró la camioneta, aquí nos tuvimos que quedar a dormir desde como la 1:30 de la mañana (…) pasó un muchacho de una camioneta y la revisó, le quiso pasar corriente pero no era, no pudo. La cerramos y a dormir”, contó René Escobedo Pérez, uno de los tantos que tuvo que pasar la tormenta en su vehículo.
A unos pasos de él, muchos otros hacían lo mismo mientras veían la noche tormentosa irse.
Otras personas, incluidos los empleados de la Cruz Roja, sacaban el agua apoyados con cubetas y escobas, intentando olvidar con ellos los daños.
Pero muchos no podrán, como el hotel al que los cristales de la puerta principal los quebró la fuerza del agua. El local que la cortina fue doblada por la corriente. O a quienes una vez más sus cosas se les descompusieron o echaron a perder.
Mientras todo intenta volver a la normalidad, los empleados de limpia pública llenan camionetas de batea o volteos con bolsas y bolsas de basura de todo tipo plásticos, cartones, hojas de árboles, todo lo que obstruye las alcantarillas que durante la noche no fueron suficientes para la lluvia que azotó la zona.
Ana Alicia Osorio/Avc