Como tantas otras veces, en el curso de nuestras agitadas vidas se ha hecho de lado la razón, sin ningún pudor, provocando pena ajena.
Ciegamente se pretende justificar ante los defensores de un pueblo, las acciones de corrupción, pretendiendo esconder los errores detrás de un fiscal anticorrupción a modo, violentando las normas legislativas.
Quienes realizaron actos indebidos dentro de la administración pública, han abandonado los principios fundamentales del Estado de Derecho.
La verdad es obvia ante el tumulto de los esclavos contra el rechazo que el pueblo les ha prodigado. Luchar por la verdad, es un acto de consciencia, que otorga libertad al espíritu en medio de la mentira. La humanidad, los veracruzanos, luchan contra el odio desvariado. La soledad a la que se someten los individuos, cuando experimentan el tiempo concluido desde el centro del poder, les obliga a la idea pretenciosa de seguir permaneciendo con una sobrexcitada condición de no abdicar. Esta fuerza, les hace provocar la mentira, diametralmente opuesta a la realidad. No son hombres libres, están encadenados a sus ideas que les oculta la objetividad.
Aun en las más insensatas de las acciones que pretenden justificar la sinrazón, hay hombres que luchan por esclarecer la verdad.
Tolstoi así lo plasmó en su manifiesto No puedo seguir callando, cuando su patria se levantaba en medio de una guerra, para defender los derechos de los hombres contra los hombres. Para elevar su protesta contra una orden que exigía de los hombres que asesinasen a sus hermanos.
La consciencia pura no debe callar, porque se provoca un vacío ocupado por los prevaricadores. Esa muda consciencia, siente el vacío del silencio aterrador que somete al espíritu a la esclavitud. Viviendo oprimido el hombre en su alma, por mantener encerrado en su interior el rechazo de quien es su verdugo. Este delirio provoca un sentimiento de odio, que le amarga la existencia.
Sintácticas
De San Agustín:
Así es, Señor, como yace enferma el alma cuando todavía no se funda en la solidez de la verdad; es llevada y traída, torcida y retorcida y atormentada, se le obscurece la luz y no da con la verdad aunque la tenga en frente.
Olga Scheps. Frédéric Chopin: Piano Concerto Nº 1 E-minor. Chamber Orchestra of Polish Radio. conductor Agnieszka Duczmal.