Originaria del ejido Trapiches, en la sierra de Misantla, con una familia dedicada a la producción y comercialización en pequeño de cachichines (un fruto de sabor amargo que consumen los misantecos), Clementina Gutiérrez Olmos trabaja en China como maestra de inglés. ¿Cómo dio el salto?
Con enorme esfuerzo de su familia, Clemen hizo su educación primaria en la escuela “Cuauhtémoc” en su comunidad, estudió en la Telesecundaria de Trapiches y, en Misantla, estudió en la Escuela de Bachilleres “Alfonso Reyes” y terminó en Xalapa su carrera de Idiomas en la Universidad Veracruzana.
El periodista Noé Rocha Otero, del blog Arca de Noé, fue hasta Trapiches a conocerla y entrevistarla, mientras realizaba su viaje anual para visitar a su familia. En medio de cafetales y cerros, Clemen cuenta que después de terminar la universidad trabajó como maestra de inglés en el Instituto Educativo Xalapeño de tiempo completo, pero en las tardes buscaba horas extras en las escuelas privadas y también en la UPAV. “Así anduve como tres años y medio aproximadamente”.
Pero, ¿cómo es que llega a dar clases de inglés en una escuela de la ciudad de Chongqing, en China, a unos 14 mil kilómetros de distancia de la casa donde sigue viviendo su familia?
Noé Rocha comenta: “Clemen nos recibe en la cocina de su casa, estaba barriendo, a su lado su papá y su hermanita. El techo se ve negro por el humo de la leña y nos ofrecen cachichines. Saludamos y le pedimos una entrevista, no le vi muchas ganas de conversar, es sencilla y un poco callada, pero al explicarle el objetivo del trabajo periodístico, en el sentido de que la gente debe conocer su historia de vida como un ejemplo destacado, por fin nos dice que sí. Se sienta y le hacemos muchas preguntas”.
Y entonces comienza el relato de Clemen:
“A través de internet me informé que había un programa llamado Oper en Estados Unidos, concretamente en Nueva York, donde uno trabaja como niñera, cuidando y enseñando español a niños, pero al mismo tiempo, las familias con las que trabajas te pagan tu salario y también te cubren estudios en alguna escuela. La idea era perfeccionar el inglés, mejoré mucho y aprendí muchas cosas, aparte, me llevaban a viajar con ellos e hice muchos amigos de todo el mundo. Aquí permanecí como dos años.
“En todo este camino por Estados Unidos, yo quería regresar a la enseñanza y mientras tanto acudía a la escuela a aprender cultura americana, estrategias de cómo mejorar mi enseñanza hacia los niños y llevaba cursos de francés. La docencia era lo mío y buscaba alternativas y fue así que me enteré de un programa en el extranjero, en China, en la ciudad llamada Chongqing.
“De esta manera llegué a una escuela de nombre Golden Dreams. Ahí estuve como 9 meses y luego busqué otro trabajo de medio tiempo, en la escuela Codiy’s Private English School, pero al ver resultados positivos, mi patrón norteamericano me contrató de tiempo completo y es aquí donde actualmente laboro”.
Ha venido a México para arreglar su visa de trabajo en la embajada de China. Ella está certificada y tiene todo preparado para cumplir con los requisitos. “Tengo muchos alumnos, sobre todo niños chinos y espero quedarme mucho tiempo por allá. Cada año vengo a ver a mis padres, la escuela me paga mi boleto y me da un lugar para vivir.
“Al principio fue difícil, por el idioma en China y una cultura diferente, pero me acostumbré y ahora disfruto ese lugar. Quiero reconocer el esfuerzo de mis padres, quienes con mucho orgullo puedo decir que son campesinos, ellos cubrieron mis gastos de mis estudios, sufrieron mucho pero hoy soy orgullosamente maestra en China”.
Y concluye: “Tengo 28 años de edad, trabajo en lo que me gusta, enseñando inglés en China y he viajado por muchas partes, pero sigo queriendo mi tierra, el Ejido Trapiches, donde de chamaca trabajé en el campo. Conozco el sufrimiento y también el éxito, eso me anima a seguir siempre adelante.”