Prefacio.
Y Miguel Ángel Yunes Linares lo volvió a hacer. Como en 1997, ahora también tiró por la borda una fortuna arrancada de las arcas estatales y fue derrotado. *** Nunca entendió que las elecciones no sólo se ganan con dinero (que hace falta, y mucho). *** Cegado por la devoción a su estirpe, pasó por alto que los ciudadanos votan a partir de estructuras simples de pensamiento, que los veracruzanos sabían, desde antes de que iniciaran las campañas, que no votarían por otro priista (y eso se los enseñó él, hace dos años), pero también decidieron que no apoyarían una sucesión sanguínea, lo más parecido a una monarquía. *** Quizá los votantes no entendieran muy bien ese concepto de “gobierno monárquico”, pero no les sonaba bien que el padre le entregara la estafeta a su hijo: “¿Qué no hay otros?”. *** Se equivocan quienes creen que los años nos vuelven sabios. Hay personas de la tercera edad que toda la vida fueron… cortos de entendederas, y así morirán.
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Durante toda la campaña electoral quedó claro que de la oferta de los partidos políticos, el personaje con los atributos necesarios para gobernar a Veracruz y sacarlo de la profunda crisis en la que está sumido este estado, era Pepe Yunes.
Su formación académica, su trayectoria personal, su impecable tránsito por la vida política, todo se conjugaba para asumir, con bases y argumentos sólidos, que era la mejor carta rumbo a la gubernatura.
“Sólo tiene un problema y pesa más que todos sus atributos –me argumentaban serios analistas políticos- es priista, toda la vida lo ha sido y asegura que lo seguirá siendo. Eso ya no lo admiten los ciudadanos”.
Cuando a Pepe Yunes le cuestionaban el “lastre” que representaba su partido, él se apresuraba a aclarar que el PRI está formado por cientos de miles de hombres de bien, trabajadores; de mujeres emprendedoras y que luchan todos los días por sacar adelante a sus familias; de jóvenes prometedores, con el ímpetu y la pureza de quienes creen que todavía se pueden hacer cosas buenas para la sociedad.
Pero además les respondía a quienes cuestionaban su militancia priista con una interrogante: “Si yo me cambiara de camiseta, si yo decidiera buscar el voto por otros colores, ¿eso me haría una mejor persona? ¿Salirme del PRI me haría un mejor candidato? No lo creo”.
Y no faltaron quienes se lo propusieron en su momento.
Cuentan que el año pasado, allá por el mes de septiembre, un emisario de Andrés Manuel López Obrador lo buscó. Le dijo que “su jefe” lo tenía en alta estima, que consideraba que era de lo poco rescatable en el PRI.
No le ofrecieron la candidatura por Morena. Para ese momento ya se había decidido que Cuitláhuac García lo volvería a intentar. Lo invitaban a “sumarse al proyecto”, con “muy buenas perspectivas”, a cambio de que no compitiera este año por la gubernatura.
Hoy sabemos que no aceptó y le aclaró al emisario que él ya estaba comprometido con un proyecto político, en el que se conjugaban sus dos más fuertes convicciones: El PRI y la candidatura (en ese entonces aún no confirmada) de José Antonio Meade.
Nada ni nadie lo haría retirarse de esa línea.
La noche de este domingo crucé algunas impresiones con Pepe Yunes. Me confirmó lo que ya otras fuentes me anticipaban: “Variarán los porcentajes, pero no el orden. (Ya en ese momento circulaban varias encuestas de salida que le daaban la victoria a Morena en Veracruz) Esperaré a que concluya el conteo. De confirmarse, reconoceré que los números no me favorecen”.
Como él mismo lo ha dicho en múltiples ocasiónes, Pepe Yunes es un político de vocación, no de coyuntura. Esta fue su octava campaña electoral y no es la primera vez en la que es derrotado. Pepe es, además, un ser humano de una sola pieza, con un sólido respaldo familiar y una cauda de líderes sociales y ciudadanos comprometidos, que creen en él y desde este lunes se le plantarán para que les indique el camino a seguir.
Pepe Yunes no ganó esta elección.
Ojalá los veracruzanos no se hayan vuelto a equivocar.
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Epílogo.
Desde Minatitlán, su terruño, la candidata a la gubernatura por el partido Nueva Alianza, July Sheridan reconoció la alta participación ciudadana en Veracruz, y llamó a esperar los resultados oficiales. Además reconoció la labor de las autoridades electorales, tanto locales como federales en esta jornada histórica. Nobleza obliga. *** Reapareció Flavino Ríos en Minatitlán, donde fue localizado por la prensa cuando acudió a emitir sus votos. Djo que su proceso penal (por el que fue detenido, acusado de facilitar la fuga de Javier Duarte) va muy avanzado a su favor. Comentó que ha recibido el beneficio del amparo en dos ocasiones. Apenas el pasado jueves, el primer juzgado colegiado confirmó un amparo para efecto de que la juez de control de Pacho Viejo, convoque a una nueva audiencia de vinculación, pues se violó el procedimiento. Además, ganó un amparo respecto a las medidas cautelares que le impusieron, por lo que ahbora se puede mover libremente por todo el país. *** La mañana del sábado fue hallado muerto el primer comandante regional de la Policía Ministerial adscrito a Cosamaloapan, Frank Munguía Sánchez. Su cuerpo fue hallado en una habitación del hotel Gran Plaza ubicado en el centro de San Andrés Tuxtla y presentaba un impacto de bala en el pecho. Trascendió que antes de las 6 de la mañana del sábado una empleada del hotel se percató de que estaba abierta la puerta de una de las habitaciones en la segunda planta y al asomarse observó un cuerpo en el piso y a su lado un charco de sangre. La noche del viernes el comandante Munguía había estado conviviendo en el bar del mismo hotel, en la planta baja, con una mujer y posteriormente ambos se retiraron. *** Frank Munguía Sánchez era un elemento de la llamada “vieja guardia”; tenía más de 20 años de servicio en la Policía Ministerial, donde ocupó cargos como el de primer comandante regional en Cosamaloapan y Coatzacoalcos; jefe de detectives en San Andrés Tuxtla, Santiago Tuxtla, Acayucan, Isla y Papantla.