La información con la que amanecimos el 27 de junio no es poca cosa, contrasta con el discurso del gobernador Yunes, refleja nuevamente la impunidad con la que pueden ejecutarse delitos en cualquier rincón del estado. Como seguramente ustedes saben, gente armada entró al domicilio de Néstor Pérez, vecino de la calle Zongolica de la colonia Manantiales, en la ciudad de Coatzacoalcos; Néstor es presidente de casilla y tenía en su resguardo, como parte de su función voluntaria, papelería electoral, las personas que entraron a su domicilio se llevaron boletas que serían utilizadas para elegir distintos cargos el próximo domingo 1 de julio. Tristemente no nos sorprende que haya robos en Veracruz, lo que resalta es que se llevaron papelería electoral a 3 días de la votación, y muchos dirán “las reimprimen y punto, son pocas, no pasa nada”, pero no debemos dejar pasar hechos así en un estado donde el gobierno presume un ambiente de paz y tranquilidad, ideal para el ejercicio democrático.
Cuando se reportaba la acción que citamos, cuando la policía federal interrogaba al señor Pérez, cuando diferentes reporteros y reporteras buscaban corroborar el hecho, cuando INE y OPLE daban conferencia de prensa de bomberazo; el gobernador del estado disfrutaba del sufrido encuentro entre la selección Mexicana y la Sueca, rodeado de jóvenes deportistas, disfrutando de la pantalla gigante, unas buenas palomitas y la plenitud del poder. Tranquilo, desde su posición ganada por canalizar el descontento social, justificada en un discurso justiciero que es parte del discurso de su hijo en campaña, invita a quienes dicen que hay irregularidades en materia de justicia electoral a hacer denuncias correspondientes y no quedarse sólo en los dichos.
Lo que le pasó a Don Néstor es un pequeña, pero significativa muestra, del riesgo latente que se vive de cara a una elección trascendental para el interés común y el interés particular de los que no quieren soltar la chichi; no hay referencias de quiénes fueron, pero pudo ser peor, quizás estamos frente a un episodio de simple muestra de amenaza para intimidar a las y los voluntarios que tendrán control de la elección, quizás sean emisarios de algún grupo de la delincuencia con intereses específicos en la zona sur, en nuestro Veracruz podría ser cualquier cosa, lo que seguro sí sabemos es que el ambiente no está como el buen gober dice y todos vemos, sin ponernos a favor o en contra, que si hay prietito en el arroz.
¿Qué necesidad tiene un hombre de ver amenazada su vida por un trabajo voluntario? El caso de Néstor Pérez es igual a de tantas ciudadanas y ciudadanos que han aceptado ser funcionarios de casilla, colaborar en la construcción de nuestra democracia a cambio de nada, incluso con el riesgo de que gente armada entre en sus hogares, con el miedo y la incertidumbre de no saber quién asegura su integridad el domingo de las votaciones. Esos voluntarios reclutados por INE tendrán la gran responsabilidad de dar cause a la elección más grande en la historia de México, son los que deberán soportar el desprestigio anticipado de quienes dicen que el fraude ya se cocinó, si deberla ni temerla.
Mas respeto, menos conspiración, más responsabilidad, como sociedad debemos comportarnos a la altura y dejar que los gobiernos soberbios caduquen naturalmente, con la vara que miden están siendo medidos.
Nos escuchamos mañana a las 13 horas en el 88.9FM