Conforme avanza el mundial de futbol en Rusia, hemos ido conociendo lo peor de nuestras miserias como sociedad. No es ningún secreto que hacer el viaje a la sede mundialista ha costado una fortuna, una cantidad que muy pocos mexicanos pueden darse el lujo de gastar, aunque hay cifras que hablan de que más de 35 mil personas habrían hecho el viaje –entre ellos el hijo del ex presidente Felipe Calderón-.
¿Quiénes son esos 35 mil mexicanos? Evidentemente, gente con mucho dinero… y muy poca educación. Aunque no es la regla, las noticias que llegan desde allá nos muestran a muchos de ellos con ese perfil de Virreyes que ven al país como un instrumento de sus caprichos; que se asumen como ciudadanos de excepción a los que no aplican las mismas reglas ni las mismas leyes. Y eso lo han llevado a un país extranjero.
No ha transcurrido una semana -en la que sólo hemos jugado el partido-, cuando ya hemos dado la nota internacional por nuestros desmanes; desórdenes que podrían tener consecuencias lo mismo en el plano deportivo (castigar directamente a la selección nacional) que en lo social y diplomático (expulsión de mexicanos, retiro de visas y hasta ser boletinados para prohibir su ingreso a otros estadios).
Desde un día antes de que se inaugurara el mundial, la nota fue que la celebración de los mexicanos por estar en Rusia había acabado con las reservas de alcohol de los bares cercanos a la Plaza Roja de Moscú. Después, aficionados mexicanos cargaron en hombros a una chica rusa y le gritaron cualquier cantidad de improperios y la acosaron hasta el cansancio aprovechándose de que ella no entendía nada de español.
Cuando llegó el día del primer partido, el triunfo sobre Alemania –el resultado más importante en la historia de nuestro futbol-, provocó que los festejos se salieran de control y que los compatriotas sacaran el cobre. Y las redes se llenaron de videos que mostraron el denigrante comportamiento de los mexicanos en Rusia… y en México.
En Alemania, el youtuber DebryanShow se grabó fingiendo tener sexo con la bandera de Alemania en plena calle. También durante la noche del festejo del triunfo sobre los teutones, en redes sociales comenzó a circular el video de un aficionado ebrio que se subió y aventó desde un poste de alumbrado público. En Tijuana, los aficionados quemando la bandera de Alemania.
Y volvimos a las andadas. Pese a que la FIFA advirtió que el grito de “Eeeh Puto” estaría prohibidísimo durante los partidos de la Selección en Rusia, los aficionados hicieron caso omiso y continuaron con la discriminatoria y homofóbica tradición del futbol mexicano que desde hace algunos años ha tratado de erradicarse con muy poco éxito.
Durante el partido México-Alemania, los observadores de la FIFA que escucharon el grito multaron a la Federación Mexicana de Futbol con 500 mil dólares debido a las prácticas discriminatorias de la afición, además de advertir que, si los mexicanos no dejan de pronunciar su famoso grito, las consecuencias recaerán en la escuadra mexicana, a quien se le podrían retirar puntos por culpa del mal comportamiento de sus seguidores.
Otro de los penosos incidentes protagonizados por mexicanos que se encuentran en la Copa del Mundo acompañando al equipo nacional, es el que puso el nombre de Eduardo Carrillo Zepeda en los medios, quien presuntamente agredió a un anciano sin piernas y en silla de ruedas por portar una máscara de Andrés Manuel López Obrador.
Todos estos actos reprochables, que muestran una enorme ignorancia, fueron cometidos por quienes se supone pertenecen a la clase más privilegiada del país; jóvenes que fueron –o asisten- a las mejores universidades del país.
¿Estas acciones son culpa de los partidos políticos o de sus candidatos? ¿De la clase política en su conjunto? Directamente no, pero el hecho de que hayan fomentado una sociedad que no respeta la ley, que la transgrede y exige beneficios cuando eso pasa, los convierte en corresponsables de lo que hoy el mundo conoce de los mexicanos.
Ya se demostró que el cáncer no sólo está en la política, sino en la sociedad misma. El país no va cambiar sólo porque uno u otro partido resulte el ganador, por mucho que se apueste al mesianismo redentor. Hay una generación gandalla y sin educación que seguirá depredando el país, mientras la clase política se muestra permisiva e indolente para no ser fustigada.
Rusia ha mostrado lo mejor y lo peor de los mexicanos.
Las del estribo…
- La PGR desmiente la información sobre una solicitud de extradición que no hizo. La empresa Consulta Mitofsky desmiente la información sobre los resultados de una encuesta que nunca levantó ni publicó. En Veracruz seguimos viviendo de la política ficción.
- Ricardo Ahued no tuvo que esperar el resultado de la elección para entender el rol que le toca jugar al interior de Morena. Rocío Nahle no va a entregar la plaza ni los privilegios. Como en la propaganda electoral, el ex alcalde priista irá desapareciendo una vez que se logre el objetivo para lo que fue contratado. Tendrá una oportunidad de oro para mostrar dignidad y congruencia.