Prefacio.
Mala, muy mala señal de la Comisión encargada de seleccionar al Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción en Veracruz. *** Frente a la crítica, recurren a la descalificación. Es falso que ellos, los encargados de seleccionar a comité ciudadano, hayan “emanado de la sociedad”. La razón de que hayan tenido ese encargo, es que desde Palacio de Gobierno así lo decidieron. *** Es falso también que para conformar el Consejo (única tarea que a ellos les tocaba) hayan realizado una “amplia consulta ciudadana, abierta y transparente”. Se emitió, sí, una convocatoria, pero se dejaron a un lado los perfiles académicos, las trayectorias profesionales, la vocación y la experiencia. *** Dicen haber diseñado “parámetros de verificación”, pero no los hicieron públicos. Hoy los ciudadanos, los más interesados en que esta decisión haya sido la correcta, no saben porqué estos sí fueron elegidos y los otros no. Qué les faltó a los otros que estos sí tienen. *** Descalifican las observaciones del doctor Víctor Andrade Guevara, porque “estuvo ausente”, pero no dan una explicación acerca de ese aspirante que estuivo a punto de ser elegido, a pesar de tener una relación muy cercana con uno de los miembros la Comisión de Selección. *** Tampoco explican si tomaron en cuenta la cercanía y los conflctos de intereses de al menos tres de los seleccionados. *** Dicen que los seleccionados “fueron los que tuvieron los mejores puntajes”, pero ocultan esas calificaciones, lo mismo que las de los que no fueron elegidos. *** La lectura es clara: Una Comisión Ciudadana conformada por personajes comprometidos con el actual gobernador, que harán lo necesario para que el Fiscal Anticorrupción sea alguien “a modo”. *** ¡Qué asco!
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Pocos se aventuran a anticipar lo que podría suceder a partir del 2 de julio, pues advierten que para hacer ese ejercicio de prospectiva, se requiere de la información que arroje la elección.
Son, sin embargo, muy pocas las variables como para que no se pueda anticipar lo que habrá de suceder “el día después”.
Basados en el orden que hoy presentan los estudios serios sobre preferencias electorales en Veracruz, iniciemos con un escenario en el que se impone quien hoy marcha a la cabeza: Cuitláhuac García, abanderado de Morena, PT y PES.
Esa es la peor fotografía de las consideradas por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
La derrota del vástago sería devastadora para el proyecto político del Clan Yunes-Márquez. Panistas y perredistas romperán su artificial alianza. Las huestes azules del gobernador acusarán a los dirigentes del Sol Azteca de no representar ninguna fuerza política en la entidad.
Los perredistas revirarán acusando al gobernador de loco, obsesionado con el poder, al grado de tirar por la borda un proyecto político que tenía futuro, pero que fue dinamitado por su egoísmo y su soberbia.
Los reclamos contra Miguel Ángel Yunes Linares, sin embargo, no sólo llegarán desde los pártidos aliados. En el PAN también hay viejos dirigentes que observan con suspicacia la operación del primer gobernador panista y se mantienen a la espera de que tropiece, para recuperar las riendas de su partido.
En ese primer escenario, el PRI tendría también su etapa de reconstrucción. Tendrían que admitir que el desprestigio del partido habría sido una losa demasiado pesada para un extraordinario candidato. La propuesta sería la de reconstruir al PRI desde sus bases, desde los liderazgos regionales, con una mística de servicio social y compromiso con la transparencia.
De ganar Cuitláhuac García, deberá hacer frente a las altísimas expectativas que se han generado los veracruzanos. Si no se apresura a reactivar la economía y a abatir la incidencia delictiva, el desencanto será terrible.
Aunque su dirigente nacional, Andrés Manuel López Obrador, ha hablado con insistencia de “perdón” y de “amnistía”, lo cierto es que Cuitláhuac no tiene ese compromiso en Veracruz y sus primeras decisiones podrían estar encaminadas hacia el castigo de quienes utilizaron el gobierno como instrumento de represión. Los tablajeros de hoy pasarían de forma automática al matadero.
Un segundo excenario sería que, siguiendo con la tendencia a la alza mostrada desde hace un par de meses, Pepe Yunes consiga la victoria.
Esto significaría oxígeno puro para el PRI a nivel nacional, así como el renacimiento de la fuerza tricolor en Veracruz. Representaría, sin duda, el freno más significativo contra la “ola Morena” y la revancha de quienes fueron maltratados hace dos años, con la alternancia.
Eso acabaría con la carrera política de Cuitláhuac García (dos veces candidato, dos derrotas) y quizá, como premio de consolación, en caso de que su líder obtuviera la Presidencia, se iría a ocupar un cargo en la administración federal.
La derrota de Miguel Ángel Yunes Márquez tendría el mismo efecto ya narrado en el primer escenario, quizá con la salvedad de que buscarían reconstruir los puentes con los Yunes de Perote, para negociar una salida más tersa.
En un tercer escenario, de imponerse por la fuerza Miguel Ángel Yunes, ya no habría diques para contener la voracidad de esta familia. Desde la comodidad de su hogar, el Jefe del Clan tomaría las decisiones e iría construyendo las circunstancias para que en el 2024 fuera su otro hijo el encargado de hacer perdurar su dinastía.
Los brotes de violencia se multiplicarían y la paz social sería cosa del pasado. Al que protestara se le reprimiría y al que agachara la cabeza se le explotaría.
Con seguridad otros vislumbran escenarios diferentes.
Cada quien con su bola de cristal.
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Epílogo.
En Coatzacoalcos, Pepe Yunes fue claro: “Veracruz necesita un Gobernador que pueda redimensionar las Zonas Económicas Especiales, canalizar en concurrencia la inversión del Gobierno Federal para que haya infraestructura y coordinar los esfuerzos con los sectores trabajador y empresarial”. El candidato destacó que los grandes problemas que enfrenta el estado no se pueden resolver de manera aislada, ni desde el Congreso de la Unión ni desde el Ayuntamiento. “La plataforma que puede diseñar política y cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a estos problemas está en el Gobierno del Estado. Vengo a pedirles su ayuda, para que el próximo primero de julio nos den la oportunidad de recuperar el gobierno y ponerlo al servicio del pueblo”. *** No es, como pretenden hacerlo pasar, “lodo electoral”. El señalamiento directo contra el dirigente estatal del PAN, José de Jesús Mancha, por haberse beneficiado con contratos de construcción del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, ya llegó al Congreso federal y desde ahí se hizo un exhorto a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para que investigue. *** Ese cordoncito va a desenredar una gigantesca madeja de corrupción, ya lo verán. A menos –claro- que gane el junior. Entonces todo se habrá de olvidar.