La deuda que tiene el gobierno estatal con los empresarios veracruzanos, no la contrajo la administración actual. Es una carga que la administración de Javier Duarte heredó a quien lo sucedió en el cargo. Pero es deuda del Estado y no de un particular a otros particulares.
En un principio se dijo que el adeudo era de 11 mil millones de pesos, pero el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pidió a los empresarios que depuraran bien sus cuentas, en el entendido de que si alguno se quería pasar de lanza se metería en líos con la justicia.
Gracias a esa depuración la deuda quedó en 5 mil millones (pesos más, pesos menos) que el gobierno estatal se ha negado sistemáticamente a pagar, argumentando que esa lana la quedó a deber Javier Duarte y por lo tanto deben cobrársela a él. Pero esto es falso porque los empresarios no le trabajaron a Duarte sino al Gobierno del Estado.
El calvario de los hombres de empresa comenzó desde finales del 2015 cuando el gobierno del gordo les dejó de pagar alegando falta de liquidez. “Pero ustedes aguanten, sigan trabajando y sigan proveyendo que les pagaremos apenas caigan los recursos”.
Y los empresarios siguieron trabajando todo el 2016 ya con el agua muy por arriba del ombligo. Para finales de ese año algunos tenían el agua hasta el cuello por lo que cerraron “temporalmente” sus negocios y otros de plano se ahogaron, es decir, quebraron.
Lo anterior es en parte, una de las causas del desempleo que padecen miles de veracruzanos.
Ignoro de dónde dice Yunes Linares que hay empresas que están llegando a la entidad a generar fuentes de empleo, cuando Veracruz está reprobado en este renglón y sus indicadores son a la baja.
De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal que realiza el INEGI, en el trimestre octubre-diciembre de 2017, todos los indicadores económicos fueron negativos y pusieron a Veracruz en una grave recesión económica de la que no tiene para cuando salir.
En ese trimestre el crecimiento económico fue de -3.2 por ciento, cuando la media nacional fue de 1.4 por ciento.
Lo que uno no se explica es por qué, si el gobierno federal le entregó al de Veracruz 113 mil millones de pesos de presupuesto para este año, no haya 5 mil millones para pagar a los empresarios. Buena parte de ese dinero serviría para recontratar trabajadores, crear más empleos y reactivar la alicaída economía.
Que no vaya a salir el gobernador conque con ese dinero se está pagando el hoyo financiero que dejó Duarte porque eso no es cierto. Ese hoyo (que es independiente de los millones que se robaron el gordo y su jauría) era de 7 mil millones de pesos y fue pagado íntegro por la Federación.
Gracias a ello el gobierno estatal no tuvo que aumentar los impuestos ni ha tenido broncas para pagar a los burócratas.
Pero los empresarios no han recibido ni quinto por servicios que ya devengaron.
¿Es que acaso no piensan cobrar?
Uno de los agraviados me dijo que sí pero no. “Casi todos los empresarios de Veracruz le trabajamos al Gobierno estatal, pero si presionamos al gobernador se puede enojar y menos nos va a pagar”.
“Ah, chingá. ¿Pues qué le van a pedir limosna? Son trabajos que ustedes ya realizaron. ¿Acaso tus socios y tu no están sufriendo por esta situación? Ya son más de dos años que los traen a las puras vueltas” le dije. “Sí, lo sé… en lo personal estoy casi quebrado y el problema ha repercutido en mi salud, con mis hijos, con mi esposa y no se diga con mis trabajadores a los que, literal, no tengo para pagarles. Pero hacer enojar al gobernador sería fatal para nosotros”, me contestó.
Me quedé frio con su respuesta. ¿Tanto miedo tienen a cobrar lo que por derecho les corresponde?
Si así piensan todos los hombres de empresa locales, qué jodidos están. Qué tristeza por ellos ya que irremediablemente cerrarán sus negocios. Pero más tristeza por los empleados que se quedarán sin trabajo y al garete.
Cuesta creer en una pasividad tan pusilánime y reprobable de quienes se supone, son generadores de empleo.
Pero todo sea por no hacer enojar al señor gobernador.