Para quienes hemos vivido por muchos años en Xalapa, siempre ha habido la percepción de que los habitantes de las Ánimas son ciudadanos aburguesados –cosa natural si se considera que ahí viven los ricos de abolengo, de varias generaciones-, apáticos y generalmente críticos del gobierno y los políticos. A pesar de que ahí viven muchos de estos últimos, el PRI nunca gana ninguna elección en ese populoso fraccionamiento.
Pero Las Ánimas ya no es lo que fue hace muchas décadas. Muchos de sus fundadores ya no viven ahí y ahora es el hogar de cientos de familia de clase media alta, muchos ni siquiera con orígenes en la ciudad. La mayoría de los vecinos que se conocían entre sí, han tenido que soportar el arribismo de nuevos ricos, muchos de ellos al amparo de los últimos gobiernos.
Esto ha vuelto a los residentes originales rebeldes y contestatarios contra la autoridad. A ellos se suman cientos de familia que también llegaron a habitar recientemente en decenas de fraccionamientos que se construyeron entre Las Ánimas original y la central de abastos, unidos por la transitada avenida Europa.
Estos fraccionamientos son un ejemplo de lo que sucede cuando hay ausencia de autoridad. En prácticamente todos los asentamientos y en sus calles, los vecinos están organizados para protegerse –lo mismo con alarmas vecinales que en grupos de whatsapp-, para exigir a la autoridad municipal servicios públicos o para rechazar la avalancha de construcciones que ha convertido a la zona en un desierto de cemento, con muy pocas áreas verdes.
Hoy la nueva lucha tiene que ver con un puente que busca comunicar a nuevos fraccionamientos, el mismo que ha enfrentado a los vecinos contra la autoridad municipal, la cual ha fingido ignorar –antes y ahora- la resistencia que promete en convertirse en movimiento.
En uno de los tantos grupos de whatsapp, la versión se cuenta con indignación y solidaridad. Por su interés público, se las comparto, incorporando algunas observaciones para agilizar su lectura:
Gracias. Ojalá alguien de este chat les pudiera comentar que el Río Azul nace en la ex hacienda de las Ánimas y de ahí se forman los lagos naturales del fraccionamiento Ánimas. Es un río de aguas intermitentes que pasa por el Parque de la Señoría y frente a la casa de Américo (Zúñiga); en su recorrido por el subsuelo se va filtrando y sus aguas son utilizadas en el club Britania, donde se tiene una planta de tratamiento para potabilizarla. Ya limpio, el río continúa su recorrido a un lado del Hípico de las Ánimas y llega a la Cañada de las Ánimas, frente a la calle Gran Bretaña.
Ahí en ese punto lucía a todo su esplendor, con una belleza de naturaleza arbolada en sus márgenes. Podíamos observar fauna silvestre y acuática, conejos ardillas, tejones, tlacuaches y aves de varias especies. En sus aguas hay -o había- truchas, peces de varias especies y crustáceos, como los llamados burritos o camarón de río. En este punto, el constructor del Fraccionamiento “La Finca” de la colonia Agrícola, desforestó las márgenes del río Azul; de la noche a la mañana desaparecieron los árboles, entre ellos los Liquidámbar que están en extinción, y sólo dejó un árbol de higuera con antigüedad de 50 a 60 años de vida, también en peligro de extinción.
Con una máquina retro excavadora sacó rocas de su predio y las arrojó al río cubriendo unos 10 metros de su cauce, así como sacos de arena y plásticos para hacer un paso para la maquinaria, al margen derecho del arroyo. Cuando estaba realizando esto, los vecinos atónitos, actuamos de inmediato, colocando sobre las rocas que cubrían el arroyo, a hombres voluntarios que hicieron una barrera para que la máquina retro excavadora -con martillo rompedor- no pasara a nuestra área de la Calle Gran Bretaña. Durante tres días seguidos estuvimos spiyadis (sic) los vecinos con estos señores en el área del río; mujeres y niños apoyando sobre la calle ya nombrada.
Ante nuestra resistencia humana y social, la maquinaria se retiró hasta hoy día. Tenemos unas sirenas de alertas que a cualquier movimiento de maquinaria del lado del constructor, los vecinos acudimos al área donde pretenden construir un PUENTE VEHICULAR que conectaría al fraccionamiento La Finca con los fraccionamientos La Reserva, La Cañada, Anáhuac de las Ánimas y otros más. Por supuesto que los vecinos unidos de las Ánimas no permitiremos la construcción del puente y exigiremos a todas las dependencias federales involucradas, la reparación del daño ecológico así como la suspensión definitiva de la obra, ya que está área es RESERVA TERRITORIAL RESTRINGIDA.
Aclaro que los permisos para el constructor los aprobó el cabildo de Américo Zúñiga en el mes de diciembre, días antes de terminar su gestión. Coincidentemente, el Sr. Hipólito y la Sra. América Carmona, Secretaria de Desarrollo Urbano, aprueban la construcción del PUENTE, haciendo caso omiso de los daños causados. ¿Será que le llegaron al Precio? Usted ciudadano xalapeño, ¿qué opina del desempeño del actual Presidente Municipal? Nosotros tenemos el derecho de vivir en un ambiente sano, libre de contaminación; estamos en lucha para rescatar el río Azul y no permitiremos la construcción del puente vehicular. Nuestra lucha es Social y la ganaremos!!!!!!
Ya se lo cobraron a Américo con votos; que Hipólito no le sorprenda que le suceda lo mismo.
Las del estribo…
- Hace algunos meses sostuve –hoy tengo serias dudas- que la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) debía desaparecer porque sus integrantes eran eso, periodistas, sin experiencia jurídica ni en derechos humanos, además de que no contaban con la confianza del gremio. Hoy tienen la mía. La labor de su Presidenta debe destacarse; en medio de un clima polarizado, han actuado con dignidad y verdadera autonomía. Su posición respecto de la agresión sufrida por reporteros del diario Presencia los prestigia y legitima.
- En el argot político, se dice que los debates no se ganan. No dejan de ser una exposición de ideas donde suelen destacar quienes tengan más agilidad mental y habilidad para la oratoria. No hay vencedores y vencidos. Lo que en realidad se gana es el post debate, es decir, la percepción que se genera en los votantes los días subsecuentes a la realización del evento, ahí donde se corrigen los errores propios y se magnifican los ajenos.