El 2017 fue un año negro para Petróleos Mexicanos (Pemex), pues sus ventas de diesel con sus principales clientes fronterizos de Nuevo León y de Tamaulipas cayeron hasta 59%, porque los empresarios del sector energético han preferido abastecerse de combustible por su cuenta en refinerías de la costa texana de Estados Unidos.
PMI, Comercio Internacional, una de las empresas filiales de Pemex, calculó que la petrolera, que este 18 de marzo cumple 80 años de su creación, perdió cerca de 50% en sus ventas de combustibles en la región de Nuevo Laredo.
Mientras que los reportes de Pemex Transformación Industrial (PTI) revelaron que las ventas de 2017 contra las de 2016 se desplomaron entre 59 y 42% con algunos clientes de Nuevo León, como con las empresas Energéticos San Roberto (-59%), Comercializadora y Distribuidora Martínez y Martínez (-54.5%), Gybsaco (-43.9) y Refinados Mexicanos (-41.7).
Los problemas en el sistema de refinación de Pemex se agudizaron tanto en 2017 que cerró el año con sus peores niveles de producción desde que existe un registro (en 1990).
Si se comparara 2017 con el año más productivo en la elaboración de gasolinas registrado por Pemex Transformación Industrial, que fue en 2004, cuando Pemex refinaba un promedio de 466 mbd (miles de barriles diarios) contra los 256 mbd que procesó el año pasado, podría notarse cómo su producción cayó prácticamente a la mitad.
Mayores pedidos
En 2017 Pemex también batió varios récords de importación de gasolina. Primero, de julio a septiembre, solicitó los mayores pedidos de combustible al extranjero, superando los 600 mbd, cuando en años pasados éstos iban de entre 300 y 500 mbd, de acuerdo con los indicadores petroleros.
Luego, en noviembre, Pemex volvió a registrar el volumen más alto de combustible importado, que alcanzó los 682 miles de barriles diarios, a falta de producción nacional.
Desde mediados de 2017, Pemex terminó trayendo del extranjero casi 80% de la gasolina que se requiere en el país, cuando la crisis en la refinación de combustibles se volvió más crítica, debido a que por primera vez en la historia del país una refinería, la de Madero, se apagaba por completo en agosto, como consecuencia de obras de mantenimiento que continúan hasta la fecha; y a que la refinería que se consideraba la estrella, Salina Cruz, trabajaba a menos de la mitad de su capacidad, luego de las inundaciones que sufrió en junio pasado por los huracanes y las afectaciones que tuvo por los sismos de septiembre, situaciones de las que sigue sin recuperarse.
La gasolina que Pemex refinó en los meses de julio, agosto y septiembre de 2017 sólo alcanzaría para satisfacer la demanda de apenas tres estados, como la Ciudad de México, Nuevo Léon y Puebla, de acuerdo con estadísticas de Pemex Transformación Industrial y de la Secretaría de Energía (Sener).
Pemex, para poder abastecer por completo la demanda interna de todo el país tendría que producir 834 mil barriles diarios, combustible que en promedio consumen las 32 entidades, según el estudio de Prospectiva de Petróleo Crudo y de Petrolíferos 2016-2030 de la Sener.
Aunque 2017 ha sido el peor año para Pemex, 2018 no pinta mucho mejor, los problemas de refinación continúan, pues la producción de gasolinas, de enero del año pasado contra este enero, tuvo una caída de casi 40%, de 304 mbd a sólo 187 mbd.
Sin embargo, los años negros en Pemex comenzaron a sentirse desde 2013. A partir de ese momento se materializó la reducción de plazas laborales, que sumaban 161 mil trabajadores, pero que a lo largo de estos cuatro años sólo quedaron 133 mil puestos, perdiendo a 28 mil de sus trabajadores, de acuerdo con cifras de la petrolera.
Con información de Excélsior