Doña Chela, sin duda, le hizo el día al presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero, a la síndica Angélica Ivonne Cisneros Luján, a la regidora María Consuelo Niembro Domínguez y a todos los que la tarde de este jueves asistieron al evento conmemorativo del “Día Internacional de la Mujer” en el Parque Deportivo Molinos de San Roque, en la colonia Veracruz.
Al fondo, dos equipos de jovencitas disputaban un partido de futbol; la Policía Montada subía a niñas y niños a los caballos, mientras otros más se perseguían, corrían y jugaban entre árboles, y en el templete de la explanada doña Graciela Córdoba, parte de la Red Comunitaria de Mujeres, tomaba el micrófono:
“Gracias a las autoridades que me hicieron el favor de traerme al Alcalde, porque luego nos traían personalidades, pero a usted yo no lo conocía”, inició, con un tono y una suerte de ademanes dignos de una oradora profesional, arrebatando la primera de muchas carcajadas a los presentes.
“Soy muy chaparrita”, y ciertamente lo es, con apenas 1.45 metros de altura, pero no nos dejemos engañar, pues “las esencias se dan en poquito y son muy caras”, dice orgullosa. “A mí me decían, ‘tú tienes que casarte con un altote, porque si no, tus hijos van a nacer enanitos…’, y pues me escogí un grandote, así como usted, Alcalde, ¡alto, blanco y estudioso!”.
Y pese a su humor contagioso, su seguridad y confianza, narró una vida de etiquetas impuestas, maltratos y violencia de género: “Me hacía hasta de la pipí del miedo a mi marido”. No obstante, como muchas mujeres, un día se cansó: “Hasta aquí, ya no más”.
Buscó ayuda para romper, como ella misma explica, la cadena de violencia que venía desde su padre, quien golpeaba a su madre, y que ella misma reprodujo en su hija. Se acercó entonces al Instituto Municipal de las Mujeres de Xalapa (IMMX).
Por primera vez alguien le dijo que se cuidara, que debía preocuparse por su salud, por su apariencia, que tenía derechos y no sólo obligaciones.
“Hoy, que es ‘Día Internacional de la Mujer’, debemos estar unidas… y les digo una cosa –alza la voz y la vista, que fija en las autoridades presentes–. Mi sufrimiento no lo politicen, el de ninguna mujer, porque el sufrimiento es algo muy sagrado de nosotras”.
De ahí se obtiene, también, las respuestas que debemos compartir. Y recordó cuando le dijeron, también por vez primera: No a la violencia. “¡Así que adelante, compañeras! Ah, y a los compañeros también, porque siempre les tiramos, pero son taaan sabrosos, nomás hay que saberlos trabajar, que no nos utilicen!”.
Doña Chela, con su humor y enorme capacidad para integrar a todos en su relato de vida, conmovió, incluso hasta las lágrimas. La regidora Consuelo Niembro, quien le otorgó un diploma por su participación, le dio un fuerte abrazo y le dijo que es, exactamente, ejemplo para todas las xalapeñas.
El presidente municipal, Hipólito Rodríguez, iba con el tiempo medido y en su agenda tenía previsto quedarse sólo a un par de participaciones. Sin embargo, permaneció hasta el final, contagiado por la energía de Graciela.
Pudo ver a doña Elena Román, coordinadora de la Red, subir hecha un manojo de nervios con una hoja donde llevaba escritas, de puño y letra, las palabras que pronunciaría y que apenas podía hilar. Dejó a un lado su miedo e incluso su papel, para tomar aliento y soltarse en la improvisación.
“Esta tarde, lo que quiero decirles, es: ¡Ya basta! Somos mujeres trabajadoras, valientes, no nos podemos rendir ante nada. Además de nuestros trabajos, nuestros hijos, nuestros hogares, tenemos nuestro espacio, nuestro tiempo. Las invito al grupo, ahí estamos todos los martes y no les vamos a fallar. Es nuestro espacio y no es sólo un grupo, es una hermandad”.
Hipólito Rodríguez también aplaudió el monólogo “Todo por la democracia”, interpretado por Ana Batilde Mendoza, del Organismo Público Local Electoral (OPLE), y las originales décimas de la profesora de Español Daniela Meléndez Fuertes, quien remató con “Eva empezó”:
No hay una mujer que se escape / de violencia y de mal trato / lo digo y no es arrebato / no es locura o disparate. / Puede empezar el debate / que Eva empezó casquivana / que por morder la manzana / y que el hombre también sufre. / Eso huele a puro azufre / toda violencia es insana. / De pensarlo me indigesta / ¿porque existe la violencia? / Ya lo investigó la ciencia / y aquí dejo una respuesta: / La cultura es una orquesta / en donde se acurrucan / formas de pensar caducas / de una estructura social / donde todo es desigual / y en ese ritmo se educa.
Mas no es el sufrimiento / la forma de hacernos ver / es avanzar, y crecer / se llama empoderamiento. / Es buscar el surgimiento / de nuevas formas de ver / de legislar y de hacer la equidad en cotidiano / ciudadana y ciudadano / no menos por ser mujer.
A construir la exigencia / en un mundo patriarcal / busquemos el trato igual. / Que reluzca la sapiencia. / No hay que guardar apariencia / y que el valor no se ahogue / que el machismo se derogue / con su violencia enfermiza / y que con calma y sin prisa / se viva en paz, se dialogue.
En fin que ya me despido / diciendo que hay esperanza / hay que tener la confianza y aprender de lo vivido / y que se ha construido / una ley que nos da acceso / a salir del retroceso de la violencia terrible / que exista ya es plausible / que se quede, en lo impreso.
Presentes, la directora del Instituto Municipal de las Mujeres de Xalapa, Yadira Hidalgo González, así como la diputada Guadalupe Osorno Maldonado y la diputada local con licencia Tanya Carola Viveros Cházaro.