Una capa de espuma blanca cubre las aguas negras del río Sedeño al salir de la capital del estado de Veracruz, el olor pestilente y nauseabundo se deja sentir desde varios kilómetros a la redonda, a pesar de la vegetación verde, característica de la zona.
Nos encontramos en la zona rural de Xalapa, conocida como Chiltoyac, por donde pasa este afluente, que nace puro y cristalino en la región de Acajete, y de allí se dirige hacia Banderilla y Xalapa, para encaminarse hacia el municipio de Actopan, donde se une al río del mismo nombre y termina en el Golfo de México, en la región turística de Chachalacas, municipio de Úrsulo Galván.
AVC realizó un recorrido por esta parte del afluente, acompañados por el biólogo Cuper Dorantes Ceballos, quien señala que así como en Veracruz encontramos lugares hermosos, también los hay feos, pero no porque la naturaleza los haya hecho así, sino porque el hombre los ha transformado de esta manera.
Al observar las aguas negras del río Sedeño, sintetiza que lo que se ve es el jabón que todos los banderillenses y xalapeños vierten a los drenajes después de lavar la ropa, los trastes de cocina, y todo lo que requiere labor de limpieza: “Eso blanco que parece nieve no es nieve, es detergente, y el olor es pestilente, es un lugar que parece muerto, abandonado”.
Contrario a lo que pudiera pensarse de primera mano, como alejarse del lugar, expresa que al contrario, hay que acercarse y darle la mano al afluente, verlo y observarlo, “para que sintamos la necesidad de hacer algo o exigir a quien corresponde que haga algo también, porque el río Sedeño es parte de nuestro mundo y es lo que tenemos”.
Cascada de Chiltoyac
A media hora de camino se localiza la cascada de Chiltoyac, de 70 metros de altura, nombre tomado de la comunidad del mismo nombre, que forma parte de la zona rural del municipio de Xalapa.
La caída de agua se observa impresionante desde el mirador, justo enfrente de la imponente obra de ingeniería vial de uno de los puentes que conforman el libramiento que se dirige a la región de Perote. Pareciera no tener problema alguno, el visitante quisiera bajar y observarla más de cerca, pero lamentablemente son las aguas del río Sedeño.
“La cascada es una maravilla natural, tiene unos 70 metros de altura, desde el nivel más bajo al nivel más alto, tiene dos saltos maravillosos, y el paisaje es excepcional, dentro de un cañón que se podría hacer rapel, tirolesa, escalada, se podrían hacer muchas cosas, lamentablemente este lugar está completamente abandonado, contaminado, el agua está negra, tiene mucha espuma, el olor es pestilente”.
A punto de derrumbarse el mirador de Chiltoyac
El señor José Fernández, quien habita a unos cuantos metros del mirador, confirma lo que ya habíamos observado a nuestra llegada, que el mirador está a punto de derrumbarse, pues tiene 20 años que fue construido y en este tiempo nadie se ha acercado a darle mantenimiento, además de que tras los sismos de septiembre del año pasado, una parte se desgajó.
“El pedacito ahí del mirador ya está pudriéndose, mire cuando pasó el temblor se despegó un gran pedazo, oigo que las autoridades lo van a arreglar, de aquí de Chiltoyac, quien sabe, si en verdad lo arreglen o así se quede, porque tiene ratito que así está”.
Entrevistado mientras lava el taxi con el que trabaja todos los días, se encoje de hombros al señalar que todos los vecinos lo han reportado a las autoridades de la congregación de Chiltoyac, pero nadie ha respondido a la solicitud de repararlo y como si temiera algo, precisa: “Ya viene la época de lluvias”.
Dorantes Ceballos añade: “Este mirador en el que estamos parados, que sabiamente hicieron hace 20 años, es un riesgo para la gente que se anima a pararse aquí, está a punto de caerse, estamos aquí arriesgando nuestras vidas, es un lugar que tenemos en Veracruz, en Xalapa, y el efecto es responsabilidad de los xalapeños, de la gente que vive aquí”.
Aguas negras para regar cultivos
El curso del afluente se adentra en el municipio de Actopan, y continúa vía subterránea varios kilómetros, hasta brotar nuevamente un poco más adelante del sitio turístico conocido como el Desacabezadero, en la Unidad de Manejo Ambiental (UMA), “Nace el Río”.
En esta zona hacemos una parada final en un canal de riego que toma agua de este río para regar árboles de naranja, sin embargo, el agua es de color oscuro, sin nada de transparencia.
“Aquí lo que vemos es una masa, un líquido negro, como si fuera aceite, así mismo se ve, aquí es un canal que riega algunos frutos, como ahí se ven los naranjos, es lo curioso, vemos que en el mundo pasa esto pero aquí en Xalapa, debajo de nuestra ciudad, las naranjas que a lo mejor nos vamos a comer mañana están aquí al lado de un caño de aguas negras, y luego nos preguntamos por qué nos enfermamos, tal vez aquí esté la respuesta”.
¿Cuál saneamiento del agua?
Dorantes Ceballos critica que desde hace cinco años aproximadamente los xalapeños pagan mes con mes el saneamiento del agua y aquí es donde surge la pregunta: “¿Dónde está el saneamiento del agua de este río? Estoy pagando una cantidad, que es mínima, pero no veo que este río haya mejorado en los últimos diez años”.
Y advierte: “Es un llamado a todos los seres humanos que vivimos aquí, para decir: Mira el río se está muriendo y nosotros sin agua no podemos vivir”.
Y aunque pareciera que el río ya está muerto y que no vale la pena hacer nada por él, asegura que no es así: “Realmente el agua es vida, se pueden hacer cosas, se puede limpiar este río, pero hace falta la voluntad de los gobernantes y el ojo avizor de los ciudadanos para que exijamos que se limpie”.
Antonio Villagrán/Avc