El 6 de mayo del 2005 fue asesinado a balazos el ex síndico del ayuntamiento de Coyutla, Miguel Alfonso Vázquez. Esto ocurrió 12 días después de que se presentara al Congreso estatal a ratificar su denuncia por desvío de recursos en contra del ex alcalde Basilio Camerino Picazo Pérez.
De acuerdo con las investigaciones, dos hombres lo ultimaron de siete balazos frente a su hijo de nueve años, cuando ambos regresaban de trabajar en la parcela familiar.
Las sospechas recayeron sobre el ex alcalde, quien estando en el poder como munícipe, amenazó de muerte a Miguel Ángel ya que junto con la regidora Hortensia Escudero Escamilla, lo acusaron de desvío de recursos.
A Basilio Picazo se le giró orden de aprehensión y se detuvo a los presuntos autores materiales del crimen. Pero algo pasó en el camino, porque un juez revocó la orden y los asesinos fueron puestos en libertad.
Once años después, a este sujeto no le gustaron las notas que escribió sobre sus arbitrariedades y desatinos la periodista María Elena Ferral, y cuando se la topó en un restaurante en abril del 2016 le dijo textual: “Te vamos a levantar”. Según el mismo Basilio, ya la había dejado vivir mucho tiempo.
La periodista presentó su denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión, que en ese entonces estaba a cargo de René Álvarez, y una de dos; o se “perdió” o sigue durmiendo el sueño de los justos porque hasta la fecha no se ha hecho la investigación respectiva.
Basilio Picazo no es ninguna perita en dulce, es un cacique pueblerino al que se le ha señalado por años de controlar el saqueo de madera en la zona, y manejar a su antojo tanto al presidente municipal de Coyutla como a los alcaldes de municipios vecinos.
Su imperio caciquil lo ha hecho a base de amenazas, golpes y de la unión familiar. Basilio le heredó la alcaldía de Coyutla a su hermano José Benito y quien ahora la ocupa es su sobrino José Antonio Picazo.
En enero del año anterior y siendo ya diputado local, fue acusado junto con su hermano José Benito, de haberle propinado una golpiza al candidato a la alcaldía de Coahuitlán, Bruno Carpio Urbina. El agraviado interpuso una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Asuntos Indígenas con sede en Papantla, por delitos de lesiones, amenazas y privación Ilegal de la libertad que están asentados en la Carpeta de Investigación ITIN/PAP//072/2017.
Y al parecer no ha pasado nada con esa investigación.
Basilio Picazo llegó a la diputación local cobijado por la alianza PRI-PVEM, pero al parecer no cobró ni una quincena como legislador de esa alianza, porque casi de inmediato se incorporó a la fracción Juntos por Veracruz y hace unas semanas se hizo diputado panista.
Que sea chapulín es lo de menos, lo preocupante es que siga haciendo gala de su rechazo a las mujeres, sobre todo si son periodistas.
Este jueves volvió a salir el misógino que lleva dentro y le contestó groseramente a una compañera periodista: “Ya no te voy a contestar aquí, hablas puras tonterías. La verdad te lo digo en tu cara, hablas puras tonterías… no preguntes estupideces”.
Es una verdadera lástima y una vergüenza que tengamos que soportar y además pagar de nuestros bolsillos, el sueldo de un sujeto barbaján e irreverente que además es un patán.
Un tipo así es un peligro social porque seguramente anda armado, vive rodeado de guaruras y para colmo de males, goza de fuero legislativo.
Triste y lamentable un hecho de esta naturaleza, y más en una entidad donde los feminicidios y el maltrato a las mujeres crece día con día, ante la inoperancia de las autoridades.
Mi solidaridad y reconocimiento para la compañera agraviada.