Del tiempo

El tiempo trasciende inmutable, es él mismo el que se describe, el que se transforma en circunstancia de los hombres, porque los hombres han encontrado desde hace mucho la forma de medir y medirse.  Este en sus orígenes, encontró los instrumentos naturales para saber cuando se transformarían los entornos. Así mismo, supo desde el principio, en su percepción, que había una existencia atemporal que lo determina casi todo. Por permanencia, por instinto, pretende extenderse, como lo hace el universo, a través de sus relevos generacionales, que son su descendencia.

Medir el tiempo, es diferente a medir los tiempos. Las circunstancias, lo que José Ortega y Gasset ha dicho, “el hombre es su circunstancia”. Conocer y entender su circunstancia y sus tiempos, no le es fácil al hombre, se complica cuando del poder se trata, entonces, el tiempo lo envuelve en la locura y se obnubila cuando de tanto sumergirlo y sumergirse en el pantano de la adulación constante, llega a creer que sus acciones son el antídoto de todos los males, que es poseedor de la verdad absoluta. La soberbia le enmascara en detestables acciones para mantener el poder, arrastrando tras de sí una estela de significantes desaciertos. El tiempo le marca los segundos, instantes de existencia, que  le van señalando lo efímero de su tiempo.

Del arte

En 1546 Agnolo Bronzino (Florencia 1503-1572),  pintó, Alegoría del triunfo de Venus, Cupido, la Locura y el Tiempo. Pintura al óleo de 146 por 116 centímetros. En ella, aparece Venus, la diosa pagana del amor, a quien su hijo, el joven Cupido alado, abraza de manera sugestiva y erótica. A la derecha del grupo central, observamos a un niño con cara de felicidad, que según los tratadistas, representa el placer. Detrás suyo, una extraña muchacha, vestida de verde, que bajo el vestido, su cuerpo presenta forma de serpiente enroscada. Lo que probablemente simboliza el engaño, de aspecto encantador, pero detestable bajo la superficie, que suele acompañar al “amor”.  A la izquierda del grupo central, aparece una vieja bruja rabiosa, mesándose los cabellos. Representa los celos, esa mezcla de envidia y desesperación, que también con frecuencia acompaña al “amor”. En la parte superior vemos dos figuras levantando una cortina que, al parecer ocultaba la escena. El hombre es el Padre Tiempo, tiene alas y lleva al hombro su simbólico reloj de arena. Es el Tiempo, quien advierte de las muchas complicaciones que acechan a los hombres. La mujer situada frente a él a la izquierda, se interpreta como la verdad; es quien desenmascara la difícil combinación de terrores y placeres. El cuadro comunica: que los celos y el engaño, la avaricia la soberbia y el poder pueden ser los acompañantes en la vida de los individuos insensatos. El objetivo de esta pintura no era narrar lúcidamente una historia para los iletrados, sino intrigar a un público muy erudito y en cierto modo jugar con él.
La obra fue ejecutada para el Gran Duque de Toscana, y éste lo regaló a Francisco I Rey de Francia. Era, por tanto, una pintura pensada para entretener  y edificar a una minoría cultivada

Sobre el amor

El pensador Julio César les comenta a los comensales, que el amor no existe. Esmeralda le debate, enérgica, con pasión; que el amor verdadero si existe, que Sócrates esta equivocado, que él mismo vivió el amor, que cuando el amor es verdadero, se lleva dentro, en lo más profundo del ser, dentro del alma. Y le canta las mañanitas, a la vida, a la existencia, al amor, a la pasión. Y las copas de vino, se entrelazan y suenan, fundiéndose en alegoría, las alabanzas, de la gracia, de los deseos, de la ilusión, de la felicidad, de los instantes que son para siempre.

De los monólogos de Froylán

Maestrín : con la grilla que grillas.. serás grillado.

No olvides que conservar La Paz.. es también ganar una batalla.

Una que otra vez es reconfortante ir a un lugar donde nadie te espera.

En política,  Maestrín.. no es lo mismo cambio que morralla.

Maestro : No te guarezcas tanto en ti mismo.. podrías no encontrarte cuando más lo necesites.

Daliana (Dalí) :
Mi verdadera diferencia con los locos.. es que yo no estoy loco.

Habrá que recordarlo: aun no hay razones para el optimismo.. sólo para un poco menos de pesimismo.

No olvides que las más de las ocasiones.. la justicia sólo es para soñarla.

No basta la fe.. si falta la voluntad.

De tal palo.. tal pastilla.

Donde no hay ilusión.. ¿cómo esperar desilusiones ?

Por lo regular..  el que escribe sus memorias.. las escribe cuando ya no tiene testigos incómodos que puedan desmentirlo.

La vida está regada de poesía.. como la poesía está impulsada por la vida.