Después de un año complicado, en el que Facebook se ha visto en entredicho por su influencia en hechos tan importantes como las elecciones presidenciales de Estados Unidos y su relación con las «Fake News», varios responsables de la red social se han enfrentado a la «pregunta difícil» de si realmente las redes sociales pueden afectar a las democracias.
«Durante muchos años, la respuesta pareció más fácil. Desde la primavera árabe hasta las elecciones en todo el mundo, las redes sociales parecían positivas. La última campaña presidencial de los EE.UU. cambió eso, con la interferencia extranjera que Facebook debería haber identificado más rápidamente ante el surgimiento de «noticias falsas» y cámaras de resonancia», ha afirmado Katie Harbath, directora global de política y extensión del gobierno de la plataforma, que ha señalado la «determinación» de la compañía para convertirse en una «fuente de bien democrática».
Por otro lado, el gerente de producto de compromiso cívico de Facebook, Samidh Chakrabarti, ha señalado directamente al fenómeno de las «Fake News» como el origen del mal, al mismo nivel que la interferencia extranjera, el acoso político, la participación desigual y las cámaras de resonancia. «En 2016, en Facebook fuimos demasiado lentos para reconocer cómo los malos actores estaban abusando de nuestra plataforma», dijo Chakrabarti en su post.
También ha acompañado en esta discusión a los responsables de Facebook el profesor de la facultad de Derecho de Harvard Cass R. Sunstein. «Las plataformas de redes sociales son excelentes para la democracia de muchas maneras, pero bastante malas para otras. Y siguen siendo un trabajo en progreso, no solo por los nuevos actores, sino también por los no tan nuevos (incluido Facebook) continúan evolucionando. Lo que dijo John Dewey sobre mi amado país también es cierto para las redes sociales: «Estados Unidos aún no está hecho; no son un hecho consumado para ser evaluado categóricamente»».
«Es loquísimo que Facebook afecte a las elecciones»
En un primer momento, el propio Zuckerberg no se creyó el impacto de las «Fake news» en las elecciones presidenciales, cuestión que fue confirmada el año pasado. Llegó a calificar de «loquísima» la idea de que las publicaciones en su red social, que cuenta con 2.000 millones de usuarios en todo el mundo, afectaran al resultado de las elecciones que acabaron con Donald Trump como presidente de los EE.UU. en 2016, y tras la que se demostró todo un entramado organizado por grupos rusos para interferir en el voto.
Con información de ABC.es