En la primaria me encantaba cambiar de grado para poder estrenar cuadernos, no solo se trataba del olor a nuevo, lo que realmente amaba era esta sensación de volver a empezar, de tener la oportunidad de hacerlo mejor que el año anterior, la emoción duraba hasta que tenía que escribir en la primera hoja, nunca encontré algo suficientemente especial para ocuparla. Tal vez, por eso ahora tengo tantas libretas nuevas en mi librero.
Algo así, me pasa con el Año Nuevo, la diferencia es que no he encontrado un librero para guardar los años y la única forma que encontré para conservar lo nuevo del año, es festejarlo en diferentes culturas. Así, tengo la oportunidad de volver a empezar y de hacerlo mejor el primero de enero, el 16 de enero según el calendario chino, en la fiesta del Nowruz el 21 de marzo, el 24 de julio año nuevo maya, en el Enkutatash el 11 de septiembre, en el Rosh Hashaná del 9 al 12 de septiembre al igual que en el Año Nuevo Islámico.
Eso de vivir en ciclos se me ha vuelto indispensable para liberar la carga del pasado y para cargarme de futuro. El Año Nuevo es como abrir día a día un gran regalo sorpresa, ¿qué tendrá adentro? ¿qué experiencias y aprendizajes vendrán? ¿cuánta gente conoceré? ¿qué historias escribiré? así es como aparece la esperanza de volver a comenzar, ahora el chiste es mantenerla y tener un buen corrector por si nos llegamos a equivocar o al menos estar dispuestos a tener un espacio para la fe de erratas.
Por cierto y hablando de erratas, me pregunto cómo funciona la medición del tiempo para nuestro querido gobernador, aun recuerdo su campaña en la que prometió que en seis meses resolvería todo, sobre todo en cuestión de seguridad. Yo me emocioné mucho, porque aunque no lo crean a mis 30 años aun soy una ingenua niñita que juega Street Fighter y que así como creo en el combo de Mr. Bison también creí en el super combo que nuestro gobernador en calidad de super héroe nos ofreció.
Con este escándalo del supuesto reloj Richard Mille que abrazó a la “muñeca escondida” del primer mandatario veracruzano, tengo la fuerte sospecha de que como dice el dicho: “los tiempos de dios, no son nuestros tiempos” ¡es obvio amigos! la hora que marca un reloj de doscientos mil pesos, jamás va a ser la misma hora que marca uno de las baratijas que el común de los ciudadanos podemos portar, sobre todo a la hora de hacer justicia y de comer. Me pregunto ¿qué hora tiene el gobernador?
Pero ya mejor cambio de tema, les recuerdo que este 2018 se estarán jugando 629 cargos a nivel federal y local, así que disfruten de aquí hasta el 30 de marzo que darán comienzo las campañas electorales en donde tendremos oportunidad de conocer las propuestas de aquellos seres humanos que tienen como principal objetivo gobernarnos y construir un mejor país.
¡Ay me pasé de optimista! y eso que traigo el corazón roto queridos lectores míos y si, se me rompió cuando me enteré de que Miguel Ángel Yunes Márquez, anterior alcalde de Boca del Río, ahora precandidato a la gobernatura, hermano del actual presidente municipal de Veracruz e hijo del Gobernador del Estado, pausa, escribir estos datos me hicieron pensar en ese término de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que se refiere a la preferencia que tienen algunos funcionarios públicos para dar empleos a familiares o amigos; pero este no es el caso.
Bueno les decía, que mi corazón se hizo trizas al enterarme de que el antes mencionado personaje, ocupó la que alguna vez fue la silla del gran músico el “Tuerto” Daniel Wirtz, quien también fue baterista de Luis Alberto Spinetta y Juan Carlos Baglietto. ¡Si lectores míos, estoy hablando de que Fito Páez permitió que Miguel Ángel Yunes Márquez tocara como su baterista en el pasado concierto que dio en el polémico Foro Boca. ¿Cuál era el objetivo? el mensaje fue claro y contundente, Veracruz tiene grandiosos bateristas, pero no importa porque si eres hijo del gobernador, “el amor después del amor” te otorgará cualquier silla. ¡Feliz año nuevo!