Después de una intensa noche de domingo, hoy los adivinos del pasado sacudirán sus archivos para decir: “se los dije, era Meade”, cuando apenas la semana pasada, se entregaban al periodismo ficción de conversaciones privadas en las que se daban por resuelta la candidatura presidencial a favor de Miguel Ángel Osorio Chong, e incluso, de Aurelio Nuño. Pero no fue así. El Presidente siempre nos engañó con la verdad.
Desde anoche la decisión corrió como reguero de pólvora en medios nacionales. Las versiones apuntan a que el Presidente Peña se habría reunido ayer mismo con Meade para comunicarle lo que todos sabían. Hoy a las diez de la mañana en Los Pinos se hará oficial la renuncia a la Secretaría de Hacienda. Todo ha salido como estaba planeado.
Y entonces todos han encontrado sentido a las señales, a los dislates, a los mensajes. Y así se entiende por ejemplo, porqué López Obrador arengaba al Secretario de Gobernación para aventurarse a la disidencia y pelear por la candidatura que le sonreía en las encuestas. Sabía que podría ser el competidor más débil.
O tal vez el porqué José Antonio Meade recorrió, como lo hizo en el gobierno de Felipe Calderón, las carteras más importantes del gabinete presidencial. Fue Secretario no sólo de las carteras económicas sino también las sociales, como sucedió en Sedesol, a dónde nadie entendió qué fue hacer hasta ahora que resultó candidato. Tuvo un proceso de preparación política que nadie más.
Y dirán también que los halagos de Luis Videgaray fueron un exceso ante una militancia priista que hubiera apostado por uno de los suyos; sin embargo, el mensaje del canciller ante el cuerpo diplomático no fue otra cosa que una manifestación de poder, de su inmenso poder, sobre el ánimo del Presidente. Decir que Videgaray fue el gran elector podría no estar muy alejado de la realidad. Cumplida su tarea, está listo para emigrar al Banco de México.
Luego de la catarsis de los nigromantes, todo se ha reservado para este lunes. La mayoría de las opiniones coinciden en que hoy renunciará José Antonio Meade a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Será el veracruzano José Antonio González Anaya quien quedará en su lugar. El resto del ajedrez quedaría con Eruviel Ávila en el CEN del PRI –aunque los hidalguenses no pierden la fe – y Aurelio Nuño como coordinador de la campaña presidencial.
Otra vez, el grupo Atlacomulco estaría ganando la candidatura presidencial apuntalada por la joven tecnocracia y desplazando a los priistas de viejo cuño que veían en Osorio Chong una oportunidad. Aunque muy cerca de José Antonio Meade hay cuadros de viejo historial en el PRI y la administración pública.
Lo que nadie festinó como adivinanza fue el escenario que representa el candidato Meade para la sucesión en la aldea jarocha. Porque no está el comal para apuestas. Sin embargo, que Meade Kuribreña sea el candidato a la Presidencia es una buena noticia para Veracruz, por el lado que se le vea.
Durante muchos meses, se dio por descontado que si el hasta hoy Secretario de Hacienda alcanzaba la nominación, la candidatura de Pepe Yunes al Gobierno de Veracruz sería un mero trámite. Pero nada está dicho. Incluso, los círculos íntimos de Pepe Meade han confirmado una y otra vez la cercanía personal del peroteño, sin embargo, la perspectiva electoral tampoco ha cambiado un ápice: el candidato será quien le asegure la mayor cantidad de votos.
Si el candidato es Pepe, Veracruz tendría nuevamente a un Gobernador que gozaría de una estrecha amistad con el Presidente; como Chirinos lo fue con Salinas. Claro, siempre y cuando los dos logren salir airosos de la dura prueba de las urnas.
Pero si es Héctor, contaría con una circunstancia mucho más favorable, con un candidato a Presidente que es del interés de Pepe, sin la pesada losa que significa Javier Duarte, y sobre todo, sin la sospecha del doble juego del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Hasta ahora, nadie ha disipado la duda de que en su proyecto, habría apostado por el triunfo de Miguel Ángel Yunes en la elección del año pasado.
La relación de José Antonio Meade con Miguel Ángel Yunes tiene una historia de desencuentros desde que ambos colaboraron con el Presidente Felipe Calderón. Meade no es amigo de Yunes, y en ese sentido, sería una de las prioridades del candidato: atajar las pretensiones reeleccionistas, lo que no habría sucedido con Osorio. Y eso abre otra serie de posibilidades…
Meade no es un animal político; no es un hombre de Partido. Por tanto, en aras de conciliar intereses locales, dejaría a los candidatos a gobernador una buena parte de la responsabilidad de decidir sobre los candidatos al Senado y las diputaciones federales; y en el caso de Veracruz, autonomía plena en la designación de los candidatos a diputados locales. Claro, habrá un seguimiento puntual para evitar decisiones caprichosas que enreden las cosas en la elección presidencial.
Así que aquellas candidatas al Senado que pagaron a sus porristas para animar su presencia en el Consejo Político del sábado, podrían ser una mala inversión.
Las del estribo…
- Desde la noche del sábado, las redes ardían con testimonios sobre la participación de policías estatales en la ejecución del presidente municipal de Ixhuatlán de Madero, Víctor Manuel Espinoza Tolentino, su esposa, Hilda Patricia Carrera Tinoco, así como tres personas más. Vecinos del lugar han echado por tierra la inverosímil versión de ex funcionarios ladrones que habían decidido convertirse en asesinos. Alguien desde el gobierno ya habría dicho la verdad.
- Este fin de semana fueron asesinadas 23 personas en el estado. Para cualquier gobernante hubiera sido motivo suficiente para deshacerse de su Secretario de Seguridad Pública y de su Fiscal General. Acá en cambio, la inseguridad la combaten a tuitazos y boletines de prensa que nada informan y buscan criminalizar a las víctimas. Parafraseando a su querido amigo Fidel: ¡vamos mal y viene lo peor!