El primer intento de los huastecos por separarse de Veracruz de manera pacífica, ocurrió en los albores del siglo XX y lo encabezó el doctor Zósimo Pérez Castañeda. Pero no pasó nada.
En los años sesenta un maestro tuxpeño llamado Ángel Saqui retomó la idea y promovió la creación de un Estado que uniera a las huastecas tamaulipeca, potosina y veracruzana.
El maestro Saqui capitaneo su proyecto sin más compañía que la de él mismo. Era una especie de Quijote nomás que sin Sancho. (Me refiero al escudero y no al sancho en el que estás pensando, lector).
Yo era un niño y lo recuerdo vestido de saco y corbata. Siempre impecable a pesar de los calorones en Tuxpan; cargando en su portafolio de gastadísimo cuero su invaluable proyecto que cimentaba con datos históricos, políticos, económicos y sociales de las tres huastecas.
Por años viajó a la capital de las tres entidades y sostuvo charlas con los gobernadores en turno. Pero su idea no cuajó. Los gobernadores lo trajeron a las puras vueltas y en una de esas vueltas el maestro Saqui se murió.
Esto viene a cuento porque circula en redes sociales un panfleto firmado por un hipotético Movimiento Separatista de la Huasteca, donde anuncian que cansados de que nadie los pele desean separarse de Veracruz y fundar el estado 33 de la Federación.
A continuación las partes sustantivas del texto:
“Debido al abandono de las autoridades por parte del gobierno del estado y cansados de pedir obras sin resultado alguno, hemos decidido constituir un nuevo estado, ya estamos hartos de ser marginados…
“El nuevo estado de la huasteca será el número 33 de la República, con poderes autónomos con legislatura propia. Y si estás de acuerdo, para el 2018 estaremos eligiendo el primer gobernador del nuevo Estado de la Huasteca, con diputados y senadores propios de la huasteca y los 33 municipios del nuevo estado de la huasteca serán…” Y a renglón seguido dan a conocer la lista de municipios que empiezan con Pánuco y terminan en Tuxpan.
Evidentemente a estos cuates les urge el nuevo Estado donde piensan elegir a su primer gobernador, senadores y diputados para el siguiente año.
Como si fundar un Estado fuera de enchílame otra gorda.
Nomás en convencer a cada uno de los presidentes municipales y cabildos de esos 33 ayuntamientos les llevará un titipuchal de tiempo. Además, tendrán que convencer a más de la mitad de los habitantes de cada municipio.
En todo eso deberán invertir un buen billete porque en esta vida nada es gratis.
Después deberán presentar su propuesta al Congreso de Veracruz donde dormirá el sueño de los justos. Cuando se despierte, la propuesta será turnada al Congreso de la Unión donde se echará otra pestaña de varios años. Luego deberá tener el visto bueno del presidente de la República que de seguro se hará buey y le dejará el paquete a su sucesor. Éste hará lo mismo y dejará la bronca al que vendrá detrás. Y así…
Total, que para cuando se apruebe el estado número 33 de la Federación, todos los abajo firmantes del panfleto (que por cierto no tiene ninguna firma), absolutamente todos, llevarán varios años en el camposanto más tiesos que el pene de un chamaco en la edad de la punzada.
Si lo que quieren es seguir el ejemplo de Cataluña, deben saber que esa región española desea su independencia desde hace más de 300 años. Y no todos los catalanes, nomás la mitad.
A excepción de la calentura separatista que padecieron Zósimo Pérez y Ángel Saqui, no he sabido que mis paisanos quieran independizarse de Veracruz. Y menos los huastecos a los que si algo los caracteriza es su pachorra, dejadez y valemadrismo ancestral.
A no ser que se arme una revolución (con su consecuente reguero de muertos) y que aprovechando la coyuntura la gran mayoría de los huastecos pugne por separarse, no veo cómo le vayan a hacer los integrantes del Movimiento Separatista de la Huasteca para formar el Estado 33 de la Federación.
Pero si quieren intentarlo, adelante. En dos o tres siglos me platican cómo van.