Nos encontramos en la etapa dos después del sismo que sacudió nuestro país, todas las etapas son complicadas, pero estamos trabajando duro todos los mexicanos para pasar más rápido éste mal rato. Sin embargo, empiezan a hacer comentarios y acciones que afectan la solidaridad de nuestros ciudadanos, en estos días han sido cruciales, desde la «donación» de los partidos, cabe mencionar que esto se dio por la presión social y redes sociales, pero lo que pensamos que no pasaría, está sucediendo.
Lo que necesitamos en este momento es seguir fuertes, seguir apoyando, el gobierno federal tendrá decisiones muy atinadas ante estas circunstancias, otras que parecieran que no, pero una realidad es que no se tendrá al país satisfecho. Una de las solicitudes de presidencia al país ha sido muy criticada por redes sociales, me refiero a la de donación de colchonetas, catres, casas de campaña, entre otras cosas. La crítica va enfocada en que un gobierno que se gasta 34 mil millones de pesos en publicitar los «logros» del presidente, le pide a su pueblo lonas y cobijas. En cierto punto tiene razón.
Pero a estas alturas no debemos ver esos puntos, ¿sólo porque lo pide presidencia no lo haremos? Otra vez, entraremos en el tema de la división, por qué siempre nos tiene que dividir la simpatía por algún partido político. En verdad lo lamento tanto, porque por unos días olvidamos quiénes eran azules, rojos, amarillos, naranjas, etcétera, como país somos capaces de lograr muchas cosas. Si buscáramos comparar, este gobierno está enfrentando las cosas de una forma valiente al del sismo del 85, es una realidad, en donde el presidente tardó en dar la cara como tres días después.
¿Hay oportunismo ante esta desgracia? Lo vería más como una oportunidad, nos parezca o no, la naturaleza o la vida, le dio la oportunidad a Enrique Peña Nieto y su gabinete de dar la mejor cara al país, de enmendar algunos errores, pero no sólo a él, si no a cualquier partido, pero esto no quiere decir que por esa razón uno se deba vender al mejor postor, no para nada, al contrario, exigir y ver quién de verdad va a ayudar al pueblo mexicano, claro, no con sueños o intentos, con acciones reales, fundamentadas adecuadamente, de tal modo que notemos que se puedan llevar acabo.
No tenemos que empezar a ponernos a la defensiva, ni dejar de ayudar porque la obligación sea de otros, y dejemos de verla como nuestra por ser mexicanos. Ojalá y los que estén comentando algunos por odio o rencor, no afecte las buenas acciones de nuestro país, como lo he mencionado antes, somos más los buenos que los malos. Enseñémosle a cualquier partido que no es necesario esperar a que uno de ellos nos gobierne, porque nosotros ya lo estamos haciendo.
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