Nadie esperaba el terrible sismo vivido en México, y por si fuera poco, un huracán acompañándolo al día siguiente, es en estos momentos cuando nos sentimos pequeños a lado de dichos fenómenos naturales. Lamentable que los estados de Chiapas y Oaxaca se haya visto tan afectados. En redes sociales ha circulado la hermandad, la unión que existe en nuestro país, eso nos caracteriza, es de reconocerse, dado que como mexicanos no tenemos ninguna responsabilidad, esa la tienen, por definición, los gobiernos federal, estatal y municipal, el resto lo hacemos por solidaridad, amor a nuestra nación.
Siempre de lo malo sale algo bueno, como mostrar nuestra unión en México, pero tampoco falta el que quiere aprovecharse de estas situaciones para campañas, promoción personalizada, etcétera; los políticos no pudieron evitar hacer pública su ayuda, y otros simplemente se equivocaron en la forma que lo hicieron, como si fueran principiantes, sin asesoría de comunicación, y es que tenemos algunos ejemplos de los que guardaron la compostura, hasta aquellos a los que no les importó nada más que pensar en votos o simpatía.
Vamos de lo nacional a lo estatal: en el ambiente político estos momentos son ideales para ganar más simpatizantes, y es que el senador chiapaneco, Zoé Robledo, con una cautelosa estrategia en comunicación, convocó a sumarnos al centro de acopio que él instaló en zonas afectadas del estado, claro, en este llamado su logo no podía faltar en los centros de apoyo, y en la difusión de los mismos, los simpatizantes dirán que «no se aprovechó», pero la realidad es que mientras comuniquen su ayuda, no existe otra interpretación.
Sin salir de Chiapas, la primera dama también comunicó su «granito de arena» con su ayuda ante el desastre que dejó el sismo, lo hizo, por lo que vemos, de una forma coloquial; en el video se interpreta que estaba dirigido a sus fans, lo que olvidó Anahí es que antes de ser cantante, es la esposa de un gobernador, no puede comunicar como lo hacía antes. Fue muy criticada al anteponer que se veía desarreglada, despeinada, «muy fea», el resto del mensaje no le importó a los lectores de las redes sociales; la cantante sí se equivocó, pues no se manejó como figura pública ejerciendo una tarea en esa administración gubernamental, aunque el mensaje era compartir que ella estaba haciendo algo al respecto.
En Veracruz, por supuesto que fue más cínico, descarado el asunto, sin importar absolutamente nada. Siendo funcionario, Rafael Abreu Ponce y otros más con logos, colores del partido acción nacional, de la organización «Yúnete», llegaron a la zona sur del estado en trailers, con lonas de esta organización, y repartieron despensas con la publicidad de la misma, es decir, lucraron sin estilo. Las redes sociales no se hicieron esperar para irse en contra de las acciones de estos personajes, por lo que la reacción a esto fue en dos vías: 1) el gobernador dio de baja a los que participaron (no le quedaba de otra), 2) Rafael Abreu público en redes sociales que fue error suyo, pero que no se arrepentía porque había ayudado a personas que lo necesitaban. En verdad este tipo no tiene idea de lo ridículo que se lee.
Lo malo no es ayudar, lo que descalifica «su ayuda» es la necesidad que tienen de comunicarlo para obtener simpatía; cuando de verdad quieran ayudar, háganlo sin colores, sin logos, sin publicarlo en sus redes sociales, de otra forma no se salen del esquema de RAJA POLÍTICA.
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