Pareciera que todos los funcionarios de este gobierno son primerizos en cada paso que dan. Miguel Yunes, de alguna u otra forma, se intenta salvar de ser señalado por la malas decisiones o cosas que suceden en el estado, un ejemplo de ello es la aprobación de las peleas de gallos y vaquilladas, no se requieren muchos conocimientos para ver y analizar de dónde proviene esta propuesta, misma que después de ser aprobada, fue vetada por el Gobernador.
La reacción de los panistas fue inmediatamente de molestia y es algo normal, incluso el diputado Daniel Olmo Barradas comentó que Yunes debería ser un poco más «cuerdo»; al gobernador no le quedó de otra más que retractarse de su aportación sobre esta ley, pues se le fueron encima todos aquellos que protegen a los animales, estos grupos de personas han crecido al paso del tiempo, y han ido aportando a la eliminación sobre el maltrato animal. Al congreso del estado le pareció que según las bases con que se cuenta, la aprobación de esta ley ayudaría a quienes hacen dinero acabando con la vida de los animales.
Al ver esta molestia manifestada por los veracruzanos, así como los memes que circularon al respecto, Yunes Linares intentó limpiar su imagen con fotografías de perros en sus redes sociales, «vetó» esa ley aprobada por el congreso, primero mostrando respaldo de esta propuesta, y después, desconociéndola, el gobernador necesita obtener la simpatía de los ciudadanos, ya que sus últimas acciones han dejado mucho qué desear, se ha percatado que el trabajo de ser gobernador no ha sido nada sencillo, menos con la gente sin experiencia que lo rodea.
Un dato curioso y relevante de compartir es que el gobernador no tiene la facultad para «vetar» alguna ley, especialistas sobre el tema aseguran que el único con esa facultad es el Presidente de la República, mientras que el gobernador sólo puede hacer “observaciones legislativas”. En el artículo 36 de la Constitución local se estipula que el mandatario sólo realizará una “revisión” a la ley, y la regresará con sus observaciones al propio Congreso del estado, el cual nuevamente la discutirá, y para su aprobación, se requerirá del voto de las dos terceras partes.
Miguel Ángel Yunes ha decidido irse por los discursos «doble cara», lamentable que llegue hasta este punto para «pararse el cuello» y así contentar a los ciudadanos que simpatizan con la protección a animales. Esto no quiere decir nada, pues él puede decir que hizo lo que estaba en sus manos y echarle la culpa al congreso, basándome en la declaración de la presidenta de la mesa directiva de la legislatura, María Elisa Manterola, «esta ley tiene que analizarse, volver a discutirse y ya será la decisión del pleno, si el pleno vuelve a autorizar la ley, el gobernador tiene la obligación de promulgarla».
En otras palabras, si le parece o no al gobernador, mientras el congreso diga que sí, no le quedará de otra, por lo que pareciera que todo quedó en el intento, si no llegara a aprobarse, qué coincidencia, ¿ustedes qué creen?, por lo tanto, no ha cambiado nada en cuestión de política, se sigue haciendo lo mismo, y le siguen dando órdenes a los diputados, ¿cuál cambio?
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