“Tengo algo que declarar”, dijo Javier Duarte después de que en las anteriores audiencias en el juzgado guatemalteco solamente había contestado “No tengo comentarios”. Y soltó la ahora famosa frasecita:
“Paciencia. Prudencia. Verbal contingencia. Dominio de ciencia. Presencia o ausencia, según conveniencia”.
Fue el 4 de julio en la entrada y salida de la Torre de Tribunales de la ciudad de Guatemala, a las 13:20 hs.
Javier Duarte repitió una frase que por alguna razón ignota se quedó prendida hace muchos años en un recoveco de la mente de Karime Macías, y ella la repetía a menudo con sus amistades, e incluso la hizo pública en su Twitter personal (primero el 10 de junio de 2010 y una segunda vez el 2 de enero de 2011) y en su columna Casa Veracruz (“Una receta milagrosa”, publicada el 18 de julio de 2014 en varios diarios y portales del estado).
En esa columna, Karime revela que la frase se la “dio, hace algún tiempo”, su “amiga Alma Rosa de Coatzacoalcos” (muy probablemente se refiere a Alma Rosa de la Fuente de Anaya, esposa de Rafael Anaya Mortera, quien fue tesorero del alcalde Marcelo Montiel y lo sustituyó durante los últimos meses de 2004).
La frase original proviene del Evangelio según San Tiago Montoto del abogado y escritor Santiago Montoto (Sevilla 1890-1973): “En Sevilla hay que tener paciencia y prudencia, verbal continencia; no exhibir excesiva ciencia, y presencia y ausencia según conveniencia”.
Estas palabras también se le han atribuido a José Luis Morales, quien fue jefe de Policía de Castilla y León entre 1995 y 1999, y era famoso por sus muletillas y ocurrencias.
Bueno, la cita revela la pobreza del acervo intelectual de la pareja Duarte-Macías, quienes confesaban en la intimidad que no eran dados a la lectura, aunque en público trataban de alardear -más ella que él- una gran cultura. Y digo pobreza porque si de citar se trata, pudieron buscar mejor a luminarias de la literatura española o mexicana, en lugar de un ocurrente jefe de la policía.
Tal vez a don Félix Lope de Vega y Carpio: “¿Quién se robó el dinero de Veracruz, por favor?” “Fuenteovejuna, señor” “¿Y quién es Fuenteovejuna?” “¡Todos los duartistas a una!”
O a nuestra Sor Juana: “¿O cuál es de más culpar/ aunque cualquiera mal haga:/ la que peca” [en Europa] “por la paga/ o el que paga” [en la cárcel] “por pecar?”
Pero eso sí, tanto Karime como Javier son malos para citar, porque ella cambió el “no exhibir excesiva ciencia” por “dominio de ciencia”, y él dijo “verbal contingencia” en lugar de “verbal continencia”. En ambos casos, se cambia el sentido de la frase original.
Y la frase en sí es bastante rudimentaria. Según la cita final de Duarte en el Tribunal de Guatemala, se compone de 12 palabras: siete de ellas sustantivos que terminan con el sufijo “encia”, el sustantivo “dominio”, el adjetivo “verbal”, las preposiciones “de” y “según”, y la conjunción disyuntiva “o”.
Como se puede ver, no hay en ella ningún verbo, que morfológicamente es el tipo de palabra más importante en la oración y el que le aporta al significado “acción, pasión o movimiento”.
No se puede considerar de ninguna manera un poema, ni siquiera un conjunto de versos, porque no tiene ninguna métrica y su intención lírica es sumamente primitiva y cacofónica.
Vaya, hasta la ocurrencia de los frutsis y los gansitos podría tener más miga.
Lo dicho, la lectura no es lo de ellos; lo suyo, lo suyo… era robar.
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