Pues no terminaban de computarse las casillas la noche del domingo, y las apuestas corrían a raudales sobre quien podría ser el ganador de la elección de Gobernador el próximo año. Fanáticos de la adivinación, lo que los números del domingo nos arrojan es que la elección está totalmente abierta y que las alianzas van a jugar un papel fundamental.
La euforia de la coalición PAN/PRD y de los Morenos podría ser efímera cuando este miércoles se conozcan los cómputos definitivos. La verdad es que el electorado zarandeó a todos los partidos por igual, ya que ninguno logró mantener la votación de la jornada electoral de hace un año. Contra todos los pronósticos, la elección de presidentes municipales fue la de mayor abstención en muchos años.
De acuerdo al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), la coalición PAN-PRD obtuvo poco más de 1 millón 43 mil votos, es decir, 13 mil menos que Miguel Ángel Yunes cuando ganó la gubernatura. Hoy, a pesar de ser gobierno, no logró aumentar un solo voto a una coalición que está a punto de desintegrarse; se ve muy difícil que ambos vayan juntos a la elección presidencial, y por tanto, tampoco en el estado.
Quien se ha dicho el gran vencedor de la contienda por los municipios que va a gobernar a partir de enero, en realidad no lo fue tanto. Morena obtuvo el domingo pasado escasos 549 mil votos, es decir, algo así como 260 mil votos menos de los que alcanzó Cuitláhuac García como aspirante al gobierno del estado. López Obrador y sus huestes perdieron ¡260 mil votos en sólo un año!, sólo que las presidencias municipales ganadas maquillan a la perfección el descalabro.
Por su parte, el PRI también tuvo un descenso moderado. En lo que fue su primera elección fuera del gobierno estatal, alcanzó en coalición con el Partido Verde poco más de 700 mil votos, es decir, 224 mil votos menos de los 929 mil que obtuvo Héctor Yunes en la elección de junio del 2016.
Sin embargo, a pesar de que dejará de gobernar los municipios más importantes del estado, no está muerto ni mucho menos. El domingo logró el propósito de mantener un margen de votación lo suficientemente sólido para competir el próximo año. Quienes han extendido acta de defunción al tricolor se equivocan, y los números explican por qué.
Una vez que se definan las alianzas con rumbo a la elección presidencial de 2018, es inevitable la fractura entre PAN y PRD en el estado. Así lo han manifestado las dirigencias nacionales, por mucho que el gobernador Yunes intente mantenerla en con un respirador artificial.
Cuando se concrete esta separación, el PAN quedará con su votación histórica cercana a los 750 mil votos, mientras que el PRD volverá a sus incipientes votos que se ubican apenas arriba de los 250 o 300 mil sufragios. Es decir, el millón 50 mil votos que han obtenido en las últimas dos elecciones. No más.
Por su parte, el activismo de López Obrador rumbo a la presidencia podría mantener el piso de votación de Morena, por lo que estaría compitiendo con un voto asegurado apenas superior a los 600 mil sufragios, los que obtuvo el domingo pasado cuando ganó algunas de las principales ciudades del estado. Y en el mejor de los casos, alcanzar los 800 mil de Cuitláhuac García.
Finalmente, el PRI inicia el periplo con los 700 mil votos que obtuvo la jornada del domingo pasado; como dijimos, son más de 200 mil votos menos que los que obtuvo Héctor Yunes, además de que no todos son del PRI, sino que comparte una parte importante con el Partido Verde. Pero si se mantiene la alianza, como ha sucedido en prácticamente la última década, ese sería el piso de votación.
Y aún más, si se suman los votos de Nueva Alianza –aliado del PRI en 2016-, esta coalición alcanzaría casi 920 mil votos en total.
De esta forma, atendiendo los resultados electorales que se harán oficiales hasta mañana, el PAN iniciaría este proceso con 750 mil votos, el PRD con tan solo 250 mil –por lo que requeriría de una alianza con otro partido para sobrevivir, y que a decir de las dirigencias nacionales, no sería ni con PAN ni con Morena-, el PRI-Verde-Panal con 900 mil y Morena con poco más de 600 mil.
En este escenario que dictan los números y no los buenos deseos, la elección está completamente abierta. Aún con la posibilidad de una alianza entre PRD y Morena, que les arrojaría dividendos de arriba de 800 mil votos, seguramente el PRI buscará aliarse nuevamente, por acuerdo de las dirigencias nacionales, con Nueva Alianza.
¿Quién ganará en el 2018? Nadie lo sabe. La contienda se presenta aún más cerrada que las que hemos tenido en antaño. Intervendrán muchos factores de la campaña presidencial y quienes sean los candidatos a gobernador, así como el desempeño que tengan las nuevas autoridades municipales. Sin embargo, en cualquier escenario, los números indican que cualquiera puede ganar. Es innegable que el PRI está vivo.
La del estribo…
- El senador Héctor Yunes Landa invita este miércoles a los representantes de los medios de comunicación a un encuentro, con motivo del día de la Libertad de Expresión. La cita es 8 de la mañana en el Asadero 100 del Teatro; es evidente que la cosa para los periodistas no está para festejos, pero el choleño sigue haciendo camino al andar.
- Tan criticada y bombardeada que fue la presidencia de Amadeo Flores en el PRI Estatal por los fidelistas esbozados. Resulta que junto con Héctor Yunes, en la elección anterior, lograron 200 mil votos más que en el actual proceso electoral. Parece que las cuentas no le salen a más de uno.