Usted los ha visto hasta la saciedad, paciente lectora, sopesado lector.
Son los -escuche usted- cientos de miles y tal vez millones de spots que aparecieron en las pantallas de televisión -ahora digital- de todos los canales abiertos y cerrados que tiene concesionados el Gobierno de la República.
Era un spot por partido, y pasaron una y otra vez en las pausas publicitarias con una persistencia que ofendía al entretenimiento que, según, ofrece la tv. En Veracruz, los partidos enfilaron sus armas, pusieron a sus mejores hombres locales o a los nacionales y mandaron su mensaje a los ciudadanos jarochos, que tuvimos que recetarnos mañana, tarde y noche.
Como era tiempo de silencio electoral, ningún directivo partidista, ningún aspirante y ningún candidato podían promover el voto hacia sus candidatos, así que se dedicaban solamente a darle vuelta al asunto, sin mencionarlo.
Fueron uno por partido y varios del INE y el OPLE que promovían el voto. Me doy una vuelta por seis de ellos.
Era el de Morena, con Andrés Manuel López Obrador que nos decía que tenían tres principios: no robar, no mentir y deslindarse de las ingenuidades de Eva Cadena.
O el de Ricardo Anaya, el presidente del PAN, que quería convencernos más de su candidatura a Presidente de la República que de otra cosa.
Y el de Renato Alarcón, Presidente del PRI estatal, que hablaba de un PRI que resurge, que se apartó de los destrozos y corruptelas del fidelismo-duartismo.
Ah, y los de Movimiento Ciudadano, que no se metieron en camisa de once varas y mejor pusieron a cantar a niños.
Los perredistas se terminaron proponiendo como “la izquierda del cambio” en su spot.
Y el Panal se montó en su origen profesoril y se dedicó a promover la figura del docente de educación básica como el forjador de los valores del mexicano.
¿Los recuerdan? ¿Pudieron olvidarlos? ¿Tuvieron la suerte de casi no verlos? ¿O la desgracia de encontrarlos hasta en la sopa?
Fueron cientos de miles de veces que se enviaron a la ciudadanía con el propósito de hacer sentir nuestra democracia. Costaron muchos millones de pesos que pagamos los ciudadanos. Yo me pregunto si sirven de algo, y trato de dar conla respuesta correcta, objetiva.
Por eso les pido a los pacientes lectores que me ayuden a hacer un ejercicio, una encuesta particular de “Sin tacto”.
Agradecería a los lectores que por el mail, el Twitter, en mi página de Facebook o por WhatsApp me envíen su respuesta sobre tres preguntas muy sencillas:
- ¿Cuál es el spot que más le gustó?
- ¿Cuál es el spot al que más le creyó?
- ¿Hubo algún spot que lo convenciera de votar por un partido?
Me dice un amigo experto en mediciones ciudadanas que las respuestas de ustedes nos podrán dar una idea de la utilidad de los famosos spots, que tanto consideran los partidos y las autoridades electorales.
Así que espero, con ilusión y paciencia, su contestación a este ejercicio de interactividad.
Gracias mil.
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