A más de 130 días de haber asumido constitucionalmente el poder, en realidad asombra que el gobernador Miguel Ángel Yunes aún no tenga plena conciencia de dónde está parado y por qué y para qué lo llevaron allí quienes votaron por él.
Y es que el mandatario estatal del PAN afirmó ayer que el próximo 4 de junio “se demostrará que el cambio llegó para quedarse”.
¿Es que acaso para ese día se habrán reducido sensiblemente los índices criminales que en los últimos tres meses se han disparado en el estado? ¿Será que para ese primer domingo de junio no sólo habrán sido capturados y procesados penalmente al exgobernador Javier Duarte y todos sus cómplices –empresarios, exfuncionarios y familiares– sino que también los habrán obligado a reintegrar lo que saquearon al gobierno de Veracruz para liquidar la abrumante deuda pública que dejaron documentada por 42 mil millones de pesos? ¿O a poco para entonces ya les habrán pagado a los cientos de constructores y proveedores veracruzanos todo lo que el régimen duartista les quedó a deber, lo que recapitalizaría a sus empresas y reactivaría la economía local? ¿O es que ya habrán generado también los empleos suficientes y bien remunerados para ocupar a los miles de burócratas que al inicio de esta administración fueron desplazados para contratar a panistas y perredistas que inclusive trajeron de otras entidades?
No, lamentablemente no. Yunes se refería al extraordinario bono democrático que, según él, con su arribo a la gubernatura se ganó el agraviado pueblo de Veracruz.
O sea, los veracruzanos no han recuperado la seguridad, muchos han perdido sus empleos y su economía familiar es deficitaria, pero eso vale gorro. A cambio, el próximo 4 de junio se van a dar el lujo de elegir democráticamente a sus alcaldes, sin importar que algunos tengan nexos con grupos criminales, que sean exfuncionarios corruptos o se trate de familiares cercanos de los que actualmente mal gobiernan sus municipios.
Y es que hasta el partido de Yunes ha postulado a varias fichitas, algunos de los cuales recién militaron en el PRI y otros hasta tienen parentesco político con el exgobernador Duarte de Ochoa.
Sin embargo, eso poco importa. “Hoy Veracruz –afirma Yunes– tendrá un referente distinto, hoy Veracruz empieza a cambiar. Ciento veinte días en el gobierno y hay un cambio profundo. Aunque lo nieguen quienes lo quieran negar, hay un cambio de fondo y particularmente en materia democrática el 4 de junio se demostrará que ese cambio llegó para quedarse; el 4 de junio los veracruzanos, más de cinco millones de electores, irán a las urnas y en plena libertad, sin jefes políticos que indiquen por dónde, sin jefes políticos que desvíen recursos para favorecer a los partidos, sin jefes políticos que utilicen recursos del erario público para comprar campañas publicitarias. De la manera más libre, los veracruzanos elegiremos a quienes van a gobernarnos durante cuatro años desde los 212 ayuntamientos de Veracruz”, dijo muy ufano el mandatario panista, quien ha sido criticado hasta por haber impuesto como candidato a la alcaldía del puerto de Veracruz a su hijo Fernando Yunes Márquez, municipio en el que hace dos meses sospechosamente echó a andar en una de las colonias porteñas más pobres el programa “Veracruz comienza contigo”, de la Sedesol estatal, motivo por el que los magistrados de la Sala Regional de Xalapa del Tribunal Federal Electoral determinaron invalidar el nombre de la alianza PAN-PRD, “Contigo el cambio sigue”, debido a que se relacionaba con dicho programa social del gobierno del estado.
Criminalizar, lo más fácil
En Veracruz sigue, irrefrenable, el baño de sangre.
Pero el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, para salir al paso, arguye que los hechos sucedidos este domingo en los municipios de Actopan y Coatzacoalcos son ejecuciones, no actos delictivos en contra de ciudadanos comunes. Son, según su decir, problemas entre bandas organizadas de delincuentes.
El mismo argumento que dio en septiembre de 2011 el entonces procurador general de Justicia del Estado, Reynaldo Escobar Pérez, cuando un grupo del crimen organizado fue a tirar 35 cadáveres en el bulevar “Adolfo Ruiz Cortines”, de Boca del Río; declaración que, por cierto, al exsecretario de Gobierno le costó el cargo.
Ahora Yunes Linares dice lo mismo y no pasa nada.
No obstante que, por ejemplo, en el sur del estado los hermanos Jorge y Carlos Trolle, famosos ganaderos de la región, fueron secuestrados y aparecieron muertos este lunes.
Y de los dos cadáveres desmembrados que fueron arrojados este domingo en seis bolsas negras sobre la carretera vecinal que va de Rinconada a Ídolos, congregación del municipio de Actopan, uno correspondería a un presunto hijastro de Sergio Cadena Martínez, ex alcalde de Catemaco, quien en la administración de Yunes Linares fue designado ¡director de Política Regional de la Secretaría de Gobierno!
¿Qué pasó entonces?